Una lamentable introducción necesaria:
No es de extrañar, ni sorprender: los libros han sido y son, para muchas personas, algo que hay que censurar, ocultar, eliminar, especialmente aquellos que se atreven a ser deslenguados, con crítica frontal sin ser por ello apologetas del caos; en otras palabras, los libros escritos por personas como tú que se han negado a colocar rodilla en el suelo, tienden a ser sospechosamente revisados. Haciendo memoria, fueron libros los que entraron de contrabando hacia fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, influyendo en la sociedad chilena tan conservadora y cartucha de entonces. Y también fueron los folletos, periódicos y libros que llevaban trabajadores de un sitio a otro, en sus maletas revolucionarias, los que alentaban el espíritu sindical de muchos y muchas, cumpliendo otra, y a la vez, una misma función: libertar al pueblo trabajador de su ignorancia (nuestro mayor enemigo) y miedo a la cultura, a las palabras que golpean los oídos, los rostros, el sistema de trabajo de los patronos.
En un período no tan lejano de la historia de Chile, la dictadura militar, las fogatas militares devoraban cantidad de libros y folletos, como verdaderas criaturas endemoniadas, quedando en el aire ese olor tan peculiar, que nos parece nauseabundo por la inmoralidad que contiene el acto. Quien quema libros, estará muy cerca, un día, de quemar a sus hermanos. Por estas razones no deseamos ni en pesadillas ni en bromas convertirnos en las “mujeres-libros” u “hombres-libros” que un escritor relató para el advenimiento de un mundo mucho más real que de ciencia ficción, un mundo que esperamos jamás tenga cabida. Por el contrario, deseamos bibliotecas iluminadas, rebosantes de libros y llenísimas de gentes, de orígenes y lugares diversos, bibliotecas o centros sociales que sean unión y muestra de fraternidad de los pueblos, solidaridad expresada en la mutua ayuda emprendida en los más diferentes rumbos del conocimiento humano, en otras palabras, Bibliotecas de Alejandría Libertarias en todo lugar que se pueda, que sea necesario.
¿Por qué esta lamentable introducción? Estas palabras no son por azar. Como siempre ha sido, casi-casi no pasamos una mísera maleta con libros venidos del Brasil, merced al detallado trabajo de “aduanas” y sus pesquisadores, tan interesados en los motivos de traer libros, ¡cómo si fueran a existir determinadas razones establecidas para ellas!; sin embargo, la astucia y un poco de buenaventura nos ayudó para que hoy, en Santiago de Chile, se encuentren un par demostrativo de los libros que los companheiros y companheiras de las tierras de São Paulo, Porto Alegre y Río de Janeiro, se empeñan en sacar a la luz. Por eso, brindamos y les decimos:
¡Salud Compañeras! ¡Salud Compañeros! ¡Larga y Fructífera Vida!
* * *
Última crónica y un saludo de Hasta Pronto:
Al compañero Adriano,
un “kropotkiniano” en la Babilonia Paulista.
Y hoy, 15 de diciembre, se termina un viaje a la gran ciudad de São Paulo. La maleta que llegó con un par de periódicos y unos pocos folletos y libros, hoy vuelve volando sobre la cordillera de Los Andes más cargada que nunca: con más y más periódicos, folletos y libros. Pero debemos tener cuidado, estar alertas, porque las hojas de papel son sólo eso, y la historia nos ha enseñado que pueden ser censuradas, rotas, quemadas, arrumbadas bajo otras miles de miles de hojas … en fin, olvidadas; por eso, estas hojas que hoy enfilan camino a Santiago son tan importantes, pues tienen vida y sangre de compañeros y compañeras militantes anarquistas en el Brasil, y mientras respiren y nos evoquen la añoranza de esta Primavera Anarquista que hoy dejamos para volver al terruño, están más despiertas, mucho más activas que nunca, palabras libertarias, gritos de revueltas y emoción de la pasión humana.
¡Cuidado, ustedes, veladores de la paz civilizatoria!
Ustedes, los que viven sin trabajar, tal vez tengan razón en algo: están en lo correcto de que esta primavera para nosotros ha concluido, pero la geografía enseña el movimiento del universo, de la cinemática y dinámica terrestre, y por esto pronto llegará el día de la Primavera Anarquista en Sonora, México o las jornadas de libertad en una Primavera Anarquista en Patagonia-Tierra del Fuego, en el extremo austral del mundo, pues como dice el dicho:
¡LA PRIMAVERA TARDA, PERO LLEGA!
Diciembre, 2011.
La primavera llega porque la fuerza de la naturaleza es así, y nosotros como parte de la naturaleza tambien lo somos. El Estado y el Capitalismo retiran de poco en poco de la tierra, de la mata, del aire puro, pero la naturaleza si esfuerza en juntar sus fuerzas y continua viva, en la semilla, en la lluvia, y una nueva planta.. Y así como parte de la naturaleza, somos nosotros…. =)
Fuerte abrazo compa!!!!!!!