Hoy, 11 de junio, se fundó la Federación Obrera de Magallanes, experiencia del movimiento obrero chileno de gran importancia y magnitud, pero que lamentablemente no ha sido muy recordada. Nuestra conmemoración, en la cual también recordaremos la Comuna de Puerto Natales en enero de 1919 y la masacre e incendio del local de la FOM en julio de 1920, será en una semana más, el 18 de junio. Ese día trataremos de abordar, en diversos medios y formas, los distintos factores y acontecimientos que rodearon la historia del movimiento obrero magallánico durante aquellas décadas.
Para conmemorar el día de hoy, dejamos a vuestra disposición un artículo escrito en el Periódico El Trabajo, en su edición número 28, fechada el 11 de junio de 1912, es decir, cuando la FOM cumplió su primer año:
Un año de lucha.
El once del mes en curso va a hacer un año que un grupo de trabajadores echaron las bases de una asociación que por la heterogeneidad de oficios de los iniciadores que llegaron a formarla tomó el nombre de Federación Obrera de Magallanes.
Carneadores, esquiladores, etc., fueron los primeros que, sin comprender aún toda la importancia de la obra, la llevaron a cabo con entusiasmo y decisión pero, preciso es confesarlo, estaba lejos de su ánimo de creer que en tan corto espacio de tiempo llegaría a adquirir tan colosales proporciones el trabajo de la unificación de las clases obreras de Magallanes dado los escasos medios y las dificultades que por su enorme extensión presenta el territorio; después de los primeros [llamados] en este sentido, y queriendo dar más amplitud en sus filas a todos los obreros de los diferentes talleres y fabricas que existen en Punta Arenas, resulta más satisfactorio: corrieron a engrosar sus filas, tanto el aprendiz como el maestro, el peón y el artesano sin distinción de oficios, edades, religión y credo político, llevando por único emblema el mejoramiento social y económico de la clase obrera en general y el engrandecimiento del país por medio del trabajo.
Rudas y dolorosas pruebas ha tenido que soportar durante su desarrollo; el desprecio de algunas entidades, que no siendo capitalistas no se conforman con su condición de obreros intelectuales y les repugna el contacto con el obrero manual, la calumnia de parte de algunos mentores de escuela; nada de esto ha debilitado el entusiasmo de los que con ser novicios en estas luchas han obrado hasta hoy –acaso por intuición de modo que a sus actos no alcanza la censura de la prensa o el público.
El obrero de hoy no es el obrero de ayer que no tenía más voluntad que la de su patrón, que no se permitía pensar de un modo diferente de él, el obrero de hoy, con más experiencia que instrucción, comprende que si es verdad que debe guardar respeto a su patrón, debe también exigir que él retribuya este respeto y la compensación justa de su trabajo; comprende que es una sociedad que forma con su patrón, en la que éste pone el capital y él el trabajo, que si el capital castiga con el tanto por ciento a su entradas para reparaciones y desgaste de su brazo, para que cuando la máquina no pueda ya producir por el exceso de trabajo que ha tenido durante muchos años pueda contar a semejanza de una vieja máquina –con un galpón siquiera donde poder cobijarse a esperar sus últimos días.
Sobre esta base fue fundada hace un año esta institución y sobre ella seguirá, ajustando su conducta a estos principios: no somos los reformadores de antiguas usanzas, pero trabajamos y trabajaremos siempre con infatigable empeño por derribar de su pedestal bambaleante a ese tirano moderno que se llama abuso patronal; paso a paso caminamos a ese fin sin pretender salvar de un solo salto la distancia que nos separa porque comprendemos que nos estrellaríamos, pero con nuestra perseverancia creemos poder conseguirlo, somos amantes del orden y por ese medio llegaremos a nuestro fin.
Un año de lucha, lucha silenciosa pero proficua no solo para nosotros sino para el pueblo entero; pongamos frente nuestro principio con el fin de nuestro primer año de trabajo y veremos, como en la lámina de un espero puesto al frente de otro, que reflejan ambos un mismo objeto, así seguiremos trabajando hasta ver satisfecha nuestras aspiraciones y ojalá que el próximo año de labor sea fructífero para la clase obrera de Magallanes como lo ha sido el pasado.
[Extraído del «El Trabajo», Junio 11 de 1912, Ano I, N°28, Punta Arenas, Chile]
Nota: Hemos publicado el cronograma la Jornada en la sección de la conmemoración.
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