Literatura: Artículos periodísticos sobre J.D. Gómez Rojas en el periódico «Acción Directa»

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Desde hace ya un buen tiempo se viene discutiendo acerca del desarrollo y expansión de las ideas libertarias en el territorio chileno. En este debate, aparecen y se dibujan las fisonomías de algunos primeros militantes cuya participación para el movimiento libertario fue más que significativa, trascendental diríamos. Entre estas figuras, encontramos a José Domingo Gómez Rojas, asesinado en plena juventud. Los libertarios de estas tierras, desde el instante mismo de su detención y la de tantos y tantos otros compañeros, elevaron voces de protestas; impugnaron las decisiones de jueces e imprecaron a los verdugos; y, sin embargo, cayeron, en aquél año de 1920, estudiantes de la Federación de Estudiantes de Chile (FECh), anarquistas, sindicalistas, poetas, luchadores sociales.

Proceso de los subversivos

En la prisión junto a otros compañeros: Gómez Rojas está segundo (abajo a la izquierda)

Representativo de la memoria social libertaria y del recuerdo para la acción, son los artículos que transcribimos del periódico anarquista “Acción Directa”, compartido por el compañero V. Muñoz, a quien agradecemos y saludamos.

ACCIÓN DIRECTA [AÑO 1, N° 1, 2da. ÉPOCA. ÓRGANO DE LA I. W. W. SANTIAGO (CHILE)]

KALIDOSCOPIO


“Hoy, hace catorce años, un día como éste, gris, cerró sus ojos para abrirlos en la eternidad uno de los más grandes poetas revolucionarios de aquiende los mares que ha conocido nuestro siglo: José D. Gómez Rojas.
Lo teníamos presente. Pero esta mañana no sé por qué al desprender una hoja más de la efeméride libertaria, nuestra emoción temblaba al evocar la figura del mártir que cayó como aquél otro loco legendario en holocausto de sus ideas, con una sonrisa en los labios y una frase de perdón para sus verdugos. Nos pusimos a meditar. Por nuestra imaginación pasó todo un cortejo de estulticia atrollando el avance incontenible de las ideas que en esa fecha tuvo su preludio. Un desalmado persiguiendo como en todas las administraciones el pensamiento libre. El chauvinismo aciago azuzando a dos pueblos hermanos que marchaban al redoble de tambores a defender la patria de los poderosos.
Fue así como se alzó la valiente protesta hecha verso de Gómez Rojas y cantó a los hijos del suburbio, cantó a la miseria y al sentimiento de necio chauvinismo en frases llenas de fervor como estas clarinadas de combate:

No saben que es de ricos esa patria
y que la Patria de ellos es la tierra
y que su emblema hermoso
es el gran cielo azul con sol y estrellas.

Frases como esas, tenían que despertar el encono del caciquismo reaccionario de ésa época, contra el autor de tanto sacrilegio. Frases como esas no podían llevarse a la mentalidad de rebaño que se hacía imperar y fue así como se decretó su muerte que hizo más grande y más gloriosa aún su obra.
Por eso es que Gómez Rojas es grande. Grande porque supo gritar al tirano cara a cara su crimen de lesa patria y escupir al siglo las mentiras de una civilización mentida e hipócrita en estrofas llenas de indignación como las que brotan de “Renegación”.

“Más que civilizado prefiero ser salvaje para limpiar mi frente de toda execración …”

Por eso, pues, con justicia el movimiento libertario honra su memoria y en el Kalidoscopio de su memoria tiene esculpido su nombre con letras de granito para la posteridad.
Por eso es que hoy, al remozar su recuerdo con este aroma de siempre-vivas a su memoria, celebramos el advenimiento de una sociedad más perfecta que soñara este poeta en estrofas preñadas de rebeldía y de dinamita … pero que a veces sonaban como cascabel …
Por eso, camarada!
Ahora libre ya de la opresión de tus verdugos, repasarás, acaso, tu “Elegía” con la misma unción, la misma beatitud de aquella paz que presentías tras los barrotes carcelarios:

… Las estrellas
seguirán en los cielos y los hombres
vivirán sus dolores por la tierra,
y yo estaré tranquilo con el polvo
sobre mi corazón, sobre mis labios;
pasarán los millones de centurias
habrán muerto y nacido muchos astros
Así quiero dormir bajo los siglos
vestido con el polvo de lo eterno:
Yo que rodé cual lágrima en
el mundo
quiero apenas ser polvo sobre el viento
¿Polvo? Ah! Sí! … para
fructificar el fruto de amanecer
que se divisa! …

Carlos Guillén
Santiago, IX 17 34”

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JOSÉ DOMINGO GÓMEZ ROJAS

La música de sus versos mantiene encendido el espíritu libertario.
A través de las fronteras donde haya un I. W. W. sus “Rebeldías Líricas” proyectan luminosas esperanzas frente a la dolorosa realidad.
Por eso su verbo nos hechiza, porque la tragedia humana vibra en sus versos ora con acentos apocalípticos, ora sensible y tierno como arrullo de madre al hijo de su amor.
La mejor ofrenda que podemos hacer al gran poeta, es unirnos todos los que en pequeños grupitos tenemos aún la semilla del odio entre compañero y compañero.
La hora en que vivimos nos exige unión, sacrificio y elevar el pensamiento y el corazón a la altura en que los mantuvo el poeta hasta en las horas más amargas de su vida.
¿Es posible que en esta hora en que la clase capitalista no nos da tregua ni para respirar, estemos aún soportando tanta humillación, debido a que los rencores no se apagan y a que el “dirigente” de tal organización no se puede ver con el “dirigente” de tal otra?
¿Hasta cuándo los trabajadores no rompen la muralla china de los que se creen dueños de rebaños y se lanzan decididos a cumplir la consigna. Tenemos un solo gran enemigo, formemos una sola grande unión.
¡Compañeros! Ojalá que en este aniversario de la muerte de Gómez Rojas, se enlacen los cerebros, manos y corazones para laboran con fervor en la destrucción de este régimen que, si aún se mantiene en pie, es porque nosotros lo apuntalamos con nuestras malas pasiones, con nuestra flojera, con nuestra ignorancia.
Cuando estemos unidos los trabajadores de todas las industrias, aptos para dar el puñetazo final al régimen capitalista, estad seguros que vendrá Gómez Rojas nuevamente, sonriente, a decirnos sin palabras como no se nos había ocurrido antes, que uniéndonos con pasión, sinceridad y energía, íbamos a tener el mundo en nuestras manos!.

Federico Serrano Vicencio