La idea anarquista no sólo refiere un mundo de pensamientos en abstracto, sino también en el quehacer cotidiano, individual o colectivo. De allí que el concepto de acción directa toma importancia en el plano de la construcción de la anarquía. Sin embargo, dicha construcción debe contar con las más amplias posibilidades y métodos de conocimiento, para que la construcción no caiga en el vacío o se derrumbe por su inestabilidad. Entonces, nos surgen cuestionamientos acerca del o de los métodos por los cuales estas ideas se concretizan: uno de ellos, el método científico.

Piotr Kropotkin, Élisée Reclus y su hermano Elié, junto a otras tantas y tantos compañeros trabajaron por desarrollar los métodos científicos de su tiempo en pro del beneficio de la sociedad, sin olvidar nunca ni dejar de lado los obstáculos que las técnicas y tecnologías propias de aquellos años imponían a investigadores/as. Colocaron frente al muro, los juicios, prejuicios, ideas y moralidades que ataban a las sociedades a un status quo, proponiendo por su parte la revisión de los conceptos de progreso, evolución, y civilización. Si desde el plano de las ideas colocamos en entredicho el concepto común de “civilización” europea colonial, no es menos cierto que debemos apuntar a propuestas interesantes y posibles de desarrollar: el federalismo, la comuna, los géneros de vida, el hábitat, la naturaleza cobran real sentido en una discusión que ya no sólo se detiene en supuestos, creencias o dialécticas, sino que abarca los hechos del mundo y sus implicancias presentes y futuras. Sigue leyendo →