Durante los miércoles de abril, el Grupo de Estudios está organizando las Sesiones Ácratas, jornadas donde, además de charlas, lanzamientos y exhibiciones audivisuales, pueden encontrar una pequeña exposición titulada «Paul Signac: el arte de la anarquía». Por esta razón, hemos traducido esta breve biografía de Paul Signac, pintor francés neo-impresionista y anarquista que, trabajando junto a Georges Seurat, desarrolló el estilo puntillista. La biografía apareció originalmente en el periódico «Organise!» que edita la Anarchist Federation (UK).
Paul Signac (nacido el 11 de noviembre de 1863, Paris, Francia – muerto el 15 de agosto de 1935, Paris, Francia).
Paul Signac, al igual que sus compañeros franceses Camille Pisarro y Maximilien Luce, era a la vez un excepcional artista y un anarquista. Era un teórico de las nuevas técnicas de la pintura, un amante del mar y la navegación, y un “descubridor” de St. Tropez.
Nacido en una familia burguesa, nunca tuvo problemas financieros y pudo pintar en buenas condiciones. Después de haber visto una exposición de pinturas de Monet en 1880, decidió terminar sus estudios y convertirse en un pintor impresionista. Sus primeras pinturas representan los muelles del Sena en Asnieres y en la costa.
En 1884, en el Salón de Artistas Independientes, se encuentra con Georges Seurat y adopta una nueva técnica de pintura: nace el neo-impresionismo. Los colores utilizados eran puros, aplicados en pequeños detalles para la máxima luminosidad y armonía. Signac usa teorías científicas del color en su trabajo. Él pensó que la ciencia podría tener en el arte un efecto revolucionario. Como Maximilien Luce, Signac quería poner en sus pinturas la vida de los trabajadores y campesinos: por esto una de sus pinturas incluye gasómetros en el borde del pueblo. También pintó interiores de casas burguesas donde las personas tienen un aire siniestro.
En 1887, pintó cuadros del puerto de Collioure, y al año siguiente del puerto Portrieux. Como amante del mar, visitó la costa del Mediterraneo en 1892 y descubrió St. Tropez.
Individualidad
En 1888, Signac descubre las ideas anarquistas a través de las lecturas de Élisée Reclus, Piotr Kropotkin y Jean Grave, expositores de las ideas del anarco-comunismo. Con sus amigos Angrand Cross, Luce y Pisarro contribuyeron con el periódico de Jean Grave “Les Temps Nouveaux”. Su apoyo financiero era considerable; envío cheques regularmente y regaló algunas obras durante cinco loterías entre 1895 y 1912. Pero el arte de la militancia no le atraía y, a diferencia de Luce, él sólo proporcionó cinco dibujos y dos litografías para el periódico. Signac pensaba que el tema no cuenta mucho en el papel. Para él, lo que era revolucionario era la búsqueda de la armonía que, pensaba, contribuía a la lucha contra las convenciones de la clase dominante. Sintió que muchos grandes artistas habían sido maltratados en el pasado y, por ello, vio la historia del arte de una manera política. Así, abogó por la necesitad de la revolución social junto a la necesidad de la libertad artística, considerando, por esta razón, al anarquismo como el mejor garante de esto último. Pensó que correspondía a cada artista individual ver el mejor modo de servir al movimiento: “El pintor anarquista no es el que va a crear cuadros anarquistas, sino que, sin deseo de recompensa, va a luchar con toda su individualidad contra las convenciones burguesas oficiales por medio de una contribución personal”.
Sin embargo, es interesante estudiar dos cuadros anarquistas que reflejan sus ideas. En “The Demolition Workers”, dos trabajadores están demoliendo edificios representativos de la sociedad, mientras que en el horizonte el sol de la anarquía está en aumento. En “In The Time of Harmony”, que es una enorme pintura originalmente destinada a la Casa del Pueblo en Bruselas, representa una versión idílica de la sociedad futura. Esta fue pintada en 1894, el año en que los ataques individuales realizados por anarquistas a los miembros de la clase patronal estaban en su apogeo. En este trabajo, las actividades de trabajo y ocio son tranquilos y en total armonía, aunque se puede criticar por sus papeles encasillados para los sexos.
La obra de Signac tendría influencia en el arte nuevo, en los Fauves y en los expresionistas. En 1904, Matisse llegó a pintar con él en St. Tropez.
La Primera Guerra Mundial fue profundamente traumática para él. Estaba disgustado por la forma en que Kropotkin, Grave y otros anarquistas (una minoría en el movimiento) se habían convertido en defensores de la guerra. Era gente que él había admirado mucho. Con esto, Signac se desmoralizó y no pudo pintar durante tres años. Tomó parte de las actividades por la paz junto a los escritores Henri Barbusse y Romain Rolland, pues él se consideraba internacionalista. En 1917, la Revolución Rusa lo llenó de esperanza. Después de la guerra comenzó a pintar de nuevo, con los paisajes de Bretaña, Normandía, la costa Atlántica y Córcega. Se convirtió en el presidente del Salón de Artistas Independientes, lo que permitió que jóvenes artistas pudieran exhibir sus obras. Un año antes de su muerte, movilizó a otros artistas y escritores como Gide en el Comité de Vigilancia de Intelectuales Antifascistas. Sus últimas pinturas representaban grandes veleros, testigos, como decía Signac, de un mundo que estaba desapareciendo rápidamente.
[Periódico “Organise!” #54, editado por la Anarchist Federation (UK)]