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Biblioteca: «Mis Exploraciones en América» de Elíseo Reclus

Si se cuenta la cantidad de hojas que escribió el gran geógrafo, pero anarquista o anarquista, pero geógrafo, Eliseo Reclus, llegaríamos a la suma de 30.000 en total.

Desde el sur del mundo, conseguirse los libros ya es una odisea, por lo que, una vez que tenemos en nuestras manos uno de ellos, no podemos sino compartirlo. Es el caso de «Mis Exploraciones en América», digitalizado hace tan sólo unos días y que hoy queda a disposición de todas y todos los interesados en comprender la visión, expresada en una pluma siempre poética y aguda, de un anarquista explorador frente al mundo y sus paisajes.

El libro pesa 11 MB y corresponde a las bellas ediciones Sempere, difusoras, también, de la obra de Piotr Kropotkin, a principios del siglo XX:

Aeroestática

Mis Exploraciones en América, de Elíseo Reclús. Click en la portada para leer.

 

«Anarquismo y sexualidad», por Helena Andrés Granel

[Leer en PDF. Archivado en Naturismo]

Este trabajo apareció originalmente en la Revista de Estudios Libertarios Germinal, editada en Madrid, España. Para efectos de citación, pueden descargar el archivo original en formato PDF.

Tradicionalmente la sexualidad se ha concebido como un ámbito de la experiencia humana situado al margen del discurso, y concretamente, al margen del discurso político, al ser entendida como una pulsión o instinto natural(1). Sin embargo, lejos de estar inscrita en la naturaleza, la sexualidad se construye discursivamente (2) y desempeña un papel esencial en la conformación de un determinado orden social. De esta forma es regulada de distintos modos en los distintos sistemas sociales, que propician, favorecen e institucionalizan determinadas formas de expresión sexual al tiempo que actúan de forma coercitiva o directamente prohibitiva con respecto a otras que se consideran potencialmente peligrosas y desestabilizadoras del orden social.

Sexualidad y reproducción son reguladas socialmente, al tiempo que las modificaciones y transformaciones en los discursos y las prácticas sexuales constituyen un aspecto trascendental, y no marginal, en los procesos históricos.

Es por ello que la sexualidad debe ser historizada, es decir, analizada y contemplada desde una perspectiva histórica y sociocultural.Como construcción sociocultural e histórica, la sexualidad no se encuentra aislada del ámbito político, sino que constituye en sí misma una cuestión política, siendo el sistema sexual parte esencial del sistema social. Desde esta perspectiva es especialmente interesante el análisis del discurso anarquista con respecto a la sexualidad. Esto es así por dos razones fundamentalmente: en primer lugar, el anarquismo conectó abiertamente las esferas política y sexual, al considerar que el proceso de cambio social debía darse de forma paralela en el ámbito personal y en el político; en segundo lugar, en consecuencia puso en circulación discursos alternativos y contra-hegemónicos con respecto a los discursos dominantes sobre la sexualidad, de forma coherente con su concepción de lo que debía ser una organización social antiautoritaria.

No quiere esto decir que los autores anarquistas impusieran una ruptura absoluta con respecto a los discursos dominantes. Por el contrario, muchas de sus concepciones sobre la naturaleza de la sexualidad humana, y sobre lo que en ella era “normal” o “desviado”, los reprodujeron de forma acrítica erigiéndose nuevamente en discurso regulador de la sexualidad. Así, al tiempo que combatían los prejuicios religiosos sobre el sexo, con frecuencia adoptaban posturas esencialistas con respecto a la diferencia sexual. Toda propuesta innovadora se inscribe en un contexto sociohistórico pudiendo difícilmente desvincularse de una forma radical de las concepciones generales de su época.

Así, como ha señalado Richard Cleminson en sus trabajos sobre la política sexual en el anarquismo español, esta estuvo siempre caracterizada por una fuerte tensión entre la ruptura y la tradición (3).

Frente a las concepciones marxistas de toma del poder estatal, el anarquismo propugna el cambio social mediante un proceso de transformación cultural y el desarrollo de nuevos modos de relación de los que estén excluidos la autoridad y la coacción. Al no centrar su crítica social en las relaciones de producción, atendiendo de esta forma a una diversidad de problemas sociales y humanos no circunscritos exclusivamente al ámbito económico, el anarquismo consideró esenciales para la transformación social revolucionaria aspectos como la liberación sexual y la subversión de las tradicionales relaciones de género. La revolución social no podría limitarse de este modo a un cambio en los sistemas políticos y económicos sino que debía incluir un cambio sustancial en los modos de relación entre los individuos, proyecto en el que, necesariamente, tendrían lugar las cuestiones relativas a la vida privada y la sexualidad. Así, el proyecto anarquista de reforma sexual, como parte fundamental de su proyecto de revolución social, incluía como condición esencial la emancipación de las mujeres, la construcción de relaciones de género igualitarias y antiautoritarias y la elevación de una nueva moral sexual que suplantara a la vieja moral burguesa.
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Geografía y Anarquismo: «Jeografía de Chile» por Elíseo Reclus

El próximo martes se realizará la cátedra de Geografía y Anarquismo en la Universidad Arcis, en el contexto de las Cátedras Anarquistas convocadas por el Grupo de Estudios J. D. Gómez Rojas.

Precisamente, un personaje de gran relevancia dentro de dicho nexo es el gran geográfo francés Elíseo Reclus, de quien tenemos diversos libros en nuestra Biblioteca Virtual, pero que hoy subimos uno bastante peculiar y que digitalizamos recién: «Jeografía de Chile«, con «J», pues fue editado en 1903 (el archivo PDF pesa 27 MB, por lo que recomendamos descargarlo en vez de abrirlo online).

Reclus, en efecto, visitó Chile el verano de 1893, además de haber explorado gran parte de América, tras lo cual escribió otro libro, titulado «Mis Exploraciones en América», el cual pronto está a su disposición.

Portada

Jeografía de Chile, por Elíseo Reclus

Malthus y Godwin: La discusión sobre el poblacionismo en el medio libertario

[El siguiente artículo se publicó en el Periódico de la CNT, n° 370, Agosto-Septiembre, 2010. Su autor es José Ardillo]

La obra «Ensayo sobre el principio de población» de Thomas R. Malthus, publicada por primera vez en 1798, se ha convertido en una obra clásica de la literatura económica y sociológica de todos los tiempos. En su momento, la obra de Malthus fue un revulsivo contra los primeros pensadores del pensamiento socialista y libertario, como Godwin. Intentaremosmostrar brevemente los principales rasgos de esta discusión.

 

Campesinos.

 

 

El legado intelectual de Malthus sobrepasó hace ya mucho tiempo el contenido concreto de sus propuestas y ha pasado a formar parte del vago imaginario colectivo de la modernidad, igual que el darwinismo o el marxismo. Se entiende que Malthus fue el primero en señalar, de manera sistemática, el peligro creciente de un desequilibrio entre población y recursos en la evolución de las sociedades. Para Malthusel crecimiento tiende, de forma natural, a sobrepasar constantemente la capacidad productiva de la sociedad. Por tanto, el principal obstáculo al crecimiento de la poblaciónes la cantidad limitada de recursos. Ahora bien, la población se mantiene a duras penas dentro de los límites de los recursos en virtud de los malos hábitos sexuales que reinan en la sociedad –el libertinaje- y de la miseria presente entre las clases trabajadores. Estos frenos destructivos aumentan la mortalidad y constituyenun obstáculo al crecimiento de la población. Malthus contemplaba estos obstáculos como factores “naturales”. Después, de mala gana, aceptaría también el freno moral –la abstinencia, el autocontrol- comoposible obstáculo al crecimiento.

La obra de Malthus estaba dirigida, en un principio, contra los reformistas y utopistas como William Godwin, que proyectaban una sociedad como sistema de igualdad y que creían en la posibilidad de abolición de la miseria social. Malthus creía que la miseria era un hecho connatural a la evolución social y que tratar de mejorar la suerte de los pobres mediante sistemas más igualitarios podía suponer un aumento desproporcionado de la natalidad y, como consecuencia, un aumento de la miseria. En Malthus la desigualdad es, a la vez, una de las condiciones naturales para regular la población y un estímulo para el progreso, sin el cual secrearía una nación de parásitos. Se ha criticado en Malthus su excesiva “naturalización”de la fecundidad humana, su empirismo rudimentario a la hora de analizar el crecimiento de la población, asícomo su indiferencia ante la posibilidad del crecimiento en la producción de recursos. En cualquier caso, después de siglos de controversias, Malthus ha pasado a ser el primer profeta reconocible de la “era de la escasez”, incluso si su profecía podía tomarla forma de una defensa cínica de la clase dominante de su época. De hecho, no resulta casual que el libro deMalthus estuviera dirigido en gran parte contra la obra de William Godwin, Investigación acerca de la justicia política, la obra considerada como precursora del socialismo libertario. Como se sabe, Godwin predicó un sistema social con el máximo de libertades, el mínimo de aparato gubernamental y un régimen equitativo de la propiedad. Ahora bien, si Godwin tenía razón cuando buscaba la causa del mal social en la naturaleza de la instituciones políticas, ¿qué podía responder ante la cuestión de la tensión existente entre población y medios de subsistencia que la obra de Malthus dejaba aparecer? En 1820, Godwin publicó su respuesta a Malthus, el libro Of population. Tal vez podamos considerar esta extensa obra como el primer intento de diálogo entre una utopía social y sus posibilidades de realización dados ciertos factores que hoy llamaríamos “ecológicos”. Un diálogo parcial, sin duda, ya que las objeciones malthusianas mostraban más un prejuicio político que una verdadera inquietud ecológica, y siendo ante todo la respuesta de Godwin un desmontaje de este odioso prejuicio. Dicho esto, hay que reconocer que la contestación de Godwin no llega a superar el marco abstracto de una sociedad política ideal, una sociedad que podría habitar en un mundo cultivado en su totalidad “como un jardín” y donde los límites de los recursos quedarían en un horizonte muy lejano. (Seguir leyendo)

Inauguramos nueva sección: Archivo Histórico

Por fin inauguramos nuestra sección «Archivo Histórico», espacio que irá reuniendo, principalmente, revistas, periódicos y documentos relevantes para la historia del pensamiento anarquista en Chile y el mundo.

Se trata, específicamente, de documentos repartidos por distintas bibliotecas – a veces en formato de microfilm, empastes o en el formato original – y que hemos digitalizado. Esto es, en efecto, un trabajo lento y que requiere tiempo. No obstante, el espacio en sí estará en permanente construcción. Por el momento, tenemos disponible los catorce números del periódico chileno El Sembrador que se editaron en Valparaíso entre los años 1925 y 1927 y estamos terminando de digitalizar algunos números de la revista Babel, cuyo director fue Enrique Espinoza y que contó con  la participación de José Santos González Vera, Manuel Rojas, Juvencio Valle, Albert Camus, entre otros.

Sin nada más que agregar, esperamos que el archivo histórico amplíe nuestros conocimientos de la historia e ideas anarquistas.

El Sembrador

Periódico El Sembrador, N°1, 12 de diciembre de 1925.

Biografías: Escritos Personales de Gómez Rojas

Los escritos personales siempre son una fuente importantísima y muchas veces invaluable en la comprensión de la vida y de las obras artísticas de escritores en general, más aún de los poetas.
El poeta, cuando fluye su energía, no lo hace pensando en cuanto de ello podrá servir más tarde en la elaboración de una “historia” o “narración”, resultando de esto cierta ininteligibilidad cuando se desea ir más allá del análisis literario. De allí que los textos que les presentamos a continuación, extractos tomados de los manuscritos de José Domingo Gómez Rojas -conocidos como su “Diario Íntimo”- los consideramos fundamentales. Lamentablemente, hasta el momento, sólo hemos tenido acceso a algunas de las páginas del Diario Personal, aunque no perdemos las esperanzas de encontrar los restantes fragmentos, así también las partes faltantes de sus obras poéticas, teatrales y de crítica literaria, a las cuales dedicó parte de su tiempo, según hemos podido leer. Estos manuscritos contribuyen a figurar de la manera más completa y compleja a Gómez, ya sea en términos personales, intelectuales, artísticos y políticos, ya sea dándonos la oportunidad de encontrar lazos entre el hombre, la época y las corrientes literario-artísticas de las cuales rescata ideas y valores. Sinceramente creemos que este es un valioso aporte al conocimiento, comprensión y valoración de las obras del poeta y de la trascendencia que debería tener para la vida literaria chilena. (Seguir Leyendo)

Rebeldias Líricas, de Gómez Rojas

Rebeldias Líricas, de Gómez Rojas

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» Voces para un retrato de Baldomero Lillo / de Diario El Mercurio

» Manuel Rojas, precursor del boom latinoamericano / de Diario El Mercurio

«González Vera: coleccionista de fósforos»

"Vidas mínimas"

El Premio Nacional de Literatura, que recibió en 1950, obligó a José Santos González Vera a asumir en público una vocación hasta ese momento semiprivada. Bruscamente pasó del silencio casi zen, en el que había escrito y publicado hasta entonces -sólo dos libros: Alhué y Vidas mínimas -, a una etapa de plena productividad, ensayando muchos géneros distintos.

El Premio Nacional, como ahora, como siempre… El 13 de junio de 1950, José Santos González Vera, funcionario de la Universidad de Chile, decidió ir a almorzar con Héctor Fuenzalida, ex compañero de oficina. Al entrar al restaurante les salió a su encuentro Juvenal Hernández, rector de la misma Universidad. Éste lo felicitó ruidosamente. Hacía pocos minutos, y por unanimidad, el autor de Vidas mínimas había sido elegido Premio Nacional de Literatura, en gran parte porque era uno de los pocos escritores chilenos que no habían hecho ningún esfuerzo para ganarlo.
¿Quién es ese famoso González Vera?, se preguntó con creciente indignación gran parte de la fauna literaria chilena de entonces. Dos libros de relatos, con cierto éxito de crítica y nula repercusión entre el público (la edición de cada uno, de no más de mil ejemplares en cada caso, se demoró dos décadas en agotarse). Anarquista de joven, perseguido por sus ideas, parte central de muchas publicaciones ácratas, empleado a cargo de organizar conferencias en la Universidad de Chile, amigo semiinvisible de Manuel Rojas. Una invención de éste, dijeron no pocos, un simple fantasma de otro tiempo que Alone mandó a premiar por puro capricho. Escritor chaplinesco, dijeron sus opositores, coleccionista de palos de fósforos, tan insignificante como un cuaderno escolar sin escribir: González Vera insistió en publicar en la solapa de Cuando era muchacho (Nascimento, 1951) estas y otras críticas. Quería llenar las solapas de invectivas, pero el editor lo obligó a incluir un par de alabanzas. (Seguir Leyendo)

Jazz, un espíritu libertario

(Artículo apararecido originalmente en Tierra y Libertad. Extraído de A las Barricadas)

El presente artículo me animé a escribirlo gracias a la falta de información que hay, en el movimiento libertario, sobre un tema tan complejo como lo es el jazz. No soy, ni pretendo ser un erudito del tema, pero debido a un férvido instinto de melomanía y a la creciente ola de música que circula en los movimientos sociales, me parece necesario rememorar el origen y el desarrollo de este género musical. Aunque en la actualidad sólo conozco algunos conciertos que se vincularon al movimiento anarquista de la década de los años 20, me queda claro que el jazz tuvo una participación en la izquierda norteamericana, tanto en la izquierda comunista, y en menor medida, en la izquierda anarquista. En su momento, el jazz, fue un protagonista más en la larga lucha contra el poder y el capital.

El origen negro, cantos de libertad

A mediados del siglo XIX las transformaciones económicas del país norteamericano, reclamaban la mano de obra necesaria para satisfacer las necesidades de la nación. De 1860 a 1910 el número de granjas se triplicó, aumentó de 2 a 6 millones, la superficie de cultivo paso de 160 millones a 350 millones de hectáreas, bajo este contexto laboraron miles de trabajadores afroamericanos, que nada poseían, a excepción del cálido recuerdo de la música, dulce abrigo para los esclavos, que les ayudaba a soportar el trajín, o por lo menos así lo sentían ellos. Los presos, los ferrocarrileros y los obreros cantaban durante la dura jornada, un especie de guía improvisaba y los demás lo seguían. Ante la desolación de la feroz explotación, muchos afroamericanos encontraron refugio en el cristianismo, ahora no sólo se cantaba en el trabajo, sino que la potente voz de los afroamericanos, fue depurando los himnos religiosos, creando los espirituales. Tanto en los desfiles militares, como en la iglesia, enfocaban su atención en las estrofas y el ritmo, es decir, en la música. Cualquier lugar era aprovechado para practicar, incluso hay especialistas que aseguran que el jazz nació en los funerales negros, con las bandas que se alquilaban para armonizar el sepelio. (Seguir leyendo)

Interesante Entrevista a Arturo Fernández Vial

No deja de llamar la atención el silencio del peculiar Almirante Arturo Fernández Vial, sobreviviente de la Guerra del Pacífico, pero también amigo del mecánico anarquista Magno Espinoza.

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Si te interesa  saber más sobre Fernández Vial, recomendamos el artículo publicado por el periódico El Ciudadano Arturo Fernández Vial: El Contraalmirante del Pueblo.