[Archivado en Educación]
En noviembre pasado, durante la primavera anarquista de São Paulo, las y los compañeros de la Biblioteca Terra Libre lanzaron el libro “Pela educação e pelo trabalho e outros escritos”, recopilación de escritos de Adelino de Pinho, portugués radicado en Brasil que se volvió conocido por haber sido director de la Escuela Moderna n° 2 en São Paulo.
Este libro, que va acompañado de un estudio previo que ha sido fruto del trabajo realizado por el grupo de estudios sobre educación que gestiona la Biblioteca Terra Livre, fue lanzado durante el Colóquio Internacional Educação Libertária, el cual se celebró en el contexto de los 100 años de la Escuela Moderna de São Paulo y contó con la presencia de países como Argentina, Francia y Chile.
La traducción libre que presentamos a continuación corresponde a las primeras páginas del libro, a saber, la presentación, de la Biblioteca Terra Livre, y los trazos biográficos y el pensamiento de Adelino de Pinho, cuyos autores son Vitor Ahagon y Rodrigo Rosa, compañeros de Terra Livre que han estudiado atentamente la historia del anarquismo en Brasil y los principios de la educación libertaria.
Para todos y todas aquellas que estén interesados en la pedagogía libertaria y, más aun, en la autoformación, las y los invitamos a leer estos párrafos, que nos enseñan la vida de un autodidacta que dedicó su vida a la educación, convencido de que «instruirse no significa acumular conocimientos, volviéndose un individuo más iluminado», ya que educar y gestionar espacios para esto, significa crear «las condiciones necesarias para que aflore esa enseñanza mutua, capaz de liberar las potencialidades de los individuos».
Puede encontrar estas páginas en portugués en el sitio web de Terra Livre, quienes las han puesto a disposición del público por los 128 años del nacimiento de Adelino en 21 de enero de 1885.
Enviamos un abrazo fraternal a la Biblioteca Terra Livre y saludamos su gran trabajo como editora, grupo de estudios y biblioteca. Saúde e anarquia!!!
Presentación, por Biblioteca Terra Livre
Pero no sólo de pan vive el hombre. El hombre tiene necesidad de libros, de música, de estatuas, de pintura, de paisaje. Luego, a la par de un trabajador, debemos hacer un pensador.
Adelino de Pinho.
Recordar la vida de una persona en pocas palabras es una tarea difícil. Los acontecimientos que se suceden a lo largo de la vida de cada individuo son tan plurales y diversos que el intento de traducirlos en un texto parece un esfuerzo que nadie es capaz de realizar. La búsqueda de una “biografía total”, saber los mínimos detalles de vida del biografiado, lo que pensaba, lo que hacía y hasta lo que dejaba de hacer, es una quimera que debemos evitar. Por eso, no debemos dejar de buscar la reconstrucción de la memoria del anarquismo en Brasil, al tiempo que admitir todas las dificultades metodológicas y de fuentes documentales que enfrentamos. No vamos a develar toda la rica experiencia, mucho menos el pensamiento de ese anarquista y ese educador por toda la vida, que siempre se preocupó por los rumbos de la educación, principalmente de los obreros con menos condiciones económicas. Su trayectoria de vida, aun cuando más su obra política y su militancia justifican el lanzamiento de este libro, bien como nuestro esfuerzo por trazar un breve perfil biográfico de Adelino de Pinho, portugués radicado en Brasil, que se volvió conocido por haber sido director de la Escuela Moderna n° 2 en São Paulo. A pesar de eso, su vida y obra continúan desconocidas por gran parte del público interesado en cuestiones sociales y en la historia de la educación brasilera.
No hay ningún estudio sobre él, ninguna de sus obras fueron reeditadas en los más de 100 años que nos separan de sus primeros escritos, hay pocos estudios que lo citan 1, solamente ahora una disertación de magíster en historia será dedicada a develar los “pasos libertarios” de ese viejo militante de la educación y del sindicalismo libertario brasilero 2. Nosotros contribuimos con la (re)construcción de nuestra memoria dando a luz este libro que compila alguno de sus escritos, teniendo la certeza de no ser este esa una reunión de todo lo que Pinho produjo, mas sí una pequeña dosis de verdaderas palabras de revuelta y esperanza de una tierra libre construida a través del trabajo colectivo y de educación de todos.
Intentamos así, imprimir el nombre de Adelino de Pinho en el rol de los grandes pedagogos que impulsaron una de las más importantes propuestas educacionales en este país, vuelta hacia una alfabetización de la clase obrera y la implementación de una enseñanza mixta, laica, libre y racional.
Claro que no nos sustraemos a recordar que todo texto debe ser leído con la mente abierta y un ojo crítico. Adelino de Pinho fue un hombre de su tiempo, envuelto en los debates teóricos y proposiciones científicas en boga al final del siglo XIX y comienzos del siglo XX, sujeto tanto a sus avances como a sus limitaciones. Sabemos que el lector sabrá sacar sus propias conclusiones y utilizarlas de manera de probar su utilidad. Sólo pedimos no juzgarlas a priori, sin reflexión a la contextualización, a un obrero e intelectual autodidacta que se entregó a la dura lucha de las barricadas durante las huelgas, mas también a las trincheras más obscuras y obscurantistas de las salas de clases, dominadas por clérigos, generales y diputados.
Por ser un personaje central y uno de los principales pensadores dentro de la renovación pedagógica propuesta por los anarquistas en los primeros años del siglo XX –al lado de João Penteado, Florentino de Carvalho y muchos otros; por haber sido un militante que contribuyó mucho a la lucha por la emancipación de los trabajadores a través de sus asociaciones de clase; por haber siempre apoyado y trabajado para la mantención de una imprenta libre y libertaria; por haber resistido a los golpes de represión estatal y las dictaduras que vivimos a lo largo de nuestra historia: nosotros dedicamos a usted, compañero Adelino, esta publicación, convencidos de que sus palabras no morirán jamás y que su vida será siempre un ejemplo para nosotros y para las generaciones futuras, por las cuales usted dedicó toda su vida.
Biblioteca Terra Livre
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Adelino de Pinho: trazos biográficos y el pensamiento de un educador anarquista, por Vitor Ahagon y Rodrigo Rosa da Silva
Adelino Tavares de Pinho, hijo de Francisco Tavares de Pinho y de María de Jesús Almeida, nació un 21 de enero de 1885 en la provincia de Aveiro, norte de Portugal y llegó al Brasil el 20 de octubre de 1906, llegando, aparentemente, a Belém do Pará.
Son pocas las informaciones sobre su juventud. Hay indicios de actividad ligada al anarquismo antes incluso de completar 20 años, aun en Portugal. En 1904 aparece como traductor de un folleto de José Prat, exponente del anarco-sindicalismo español. Firma la presentación, fechada un 28 de marzo de 1904 en la ciudad de Porto. Por tanto, fue en Brasil que desarrolló más activamente su militancia anarquista, insertándose rápidamente en los medios obreros y libertarios de São Paulo.
Fue contable, “motorneiro, y analfabeto hasta la edad adulta. Instruyéndose por cuenta propia, gracias a la intensa pasión cultural de los medios anarquistas” 3. En la década de 1930, la policía política de Getúlio Vargas lo fichó como “profesor” 4, y fue la docencia a la que dedicó buena parte de su vida.
Primeramente, actuó en Campinas, volviéndose profesor de la Escuela Social, vinculada a la Liga Obrera de Campinas, donde colocó en práctica, ya a mediados de 1907, la pedagogía racionalista, siendo, sin duda, uno de sus divulgadores precursores. La escuela fue inaugurada un 24 de febrero de 1907, contando con Renato Salles como profesor, además del propio Adelino, siendo comprobada la presencia de representantes de diversas entidades obreras de São Paulo (FOSP). Esa experiencia al lado de otras anteriores como la Escuela Germinal en el barrio de Bom Retiro en São Paulo, aun poco conocidas y estudiadas, fueron, sin duda, base importante para el posterior desarrollo de la red de escuelas racionalistas que surgieron y se diseminaron por el Brasil en la década siguiente.
Al final del año escolar de 1908, Adelino de Pinho hizo pública la conferencia “Por la educación y por el trabajo” –convertida en folleto y que da nombre a esta compilación. Esa fue de las primeras y también más importantes contribuciones a la reflexión y difusión de la educación anarquista. En su texto Pinho establece las bases teóricas y las propuestas prácticas del racionalismo pedagógico, motivo por el cual podemos concluir que él estaba enterado de las más recientes producciones sobre el tema y era un profundo conocedor de las propuestas de Francisco Ferrer y Guardia, bien como de una gama de pensadores libertarios.
Desde esa época demuestra cierta erudición, utilizando conceptos de diversos autores y ciencias para construir su pensamiento: Kropotkin, Reclus, Robin, Ferrer, Ruskin; pedagogía, sociología, psicología, biología, puericultura. Interpreta los hechos a partir de las escuelas y teorías en boga en su época: positivismo, determinismo, neo-maltusianismo. También tiene un fuerte carácter socialista, obrerista y, encima de todo, incontestablemente anarquista.
Aunque no fuese su vida mucho más extensa, nos arriesgaríamos a decir que ese opúsculo sería lo suficiente para colocarlo en los umbrales de los grandes pedagogos de lengua portuguesa por su carácter innovador y por su desenvoltura al tratar de los temas pedagógicos asociados, siempre, a cuestiones sociales.
Unos años más tarde, ya en São Paulo, se volvió director de la Escuela Moderna n°2 (que inicialmente estuvo bajo la dirección de Florentino de Carvalho) y trabajaba lado a lado con João Penteado 5, que asumió la dirección de la Escuela Moderna n° 1. La apertura de ambas, en 1912, fue fruto de los trabajos del Comité Pro-Escuela Moderna, constituida luego del fusilamiento del educador catalán Francisco Ferrer y Guardia a finales de 1909. Tal comité poseía secciones tanto en São Paulo como en Río de Janeiro y otras ciudades del interior y contaba con la participación de diversos militantes obreros, pero también de pequeños comerciantes y hasta industriales que se identificaban con las propuestas educacionales de los “libre-pensadores”. Recolectaron fondos a través de eventos, fiestas, venta de libros, postales, medallas, rifas y listas de colaboración voluntaria -individuales y colectivas. Muchos sindicatos apoyaron económicamente, inclusive la Confederación Obrera Brasilera (C.O.B.).
La Escuela Moderna n° 2 fue instalada, inicialmente en la calle Müller, en el barrio de Brás. Después se mudó para la calle Oriente 166 y, finalmente, fijó su domicilio en calle Maria Joaquina n° 13, siendo este último, probablemente su residencia hasta mediados de los años 1930.
Adelino fue un gran entusiasta de las ideas de Francisco Ferrer, siendo uno de los divulgadores más vibrantes de su martirio y de su pedagogía. Desde su fundación, en las salas de clases estaban niños y niñas juntos, afirmando el principio de la coeducación de sexos propugnado por Ferrer. También eran realizadas excursiones para que los estudiantes tuviesen contacto con la realidad cotidiana y con la naturaleza. El horario de funcionamiento era: enseñanza primaria y media para infantes y jóvenes, de las 11 hrs. a las 16 hrs. y adultos, de las 19 hrs. a las 21 hrs. Se pagaba una mensualidad de acuerdo con las posibilidades de cada uno, y aquellos que no disponían de medios para costear la enseñanza colaboraban con materiales básicos o participaban de las actividades realizadas por la escuela para la recaudación de los fondos.
Para atender sus objetivos pedagógicos, también fue creado un periódico llamado O Início, dirigido y redactado por los propios infantes. En él, João Penteado se preocupaba por un lado de fortalecer las informaciones sobre las actividades sociales, debatir la coyuntura nacional e internacional, registrar y rememorar las fechas y hechos relevantes del movimiento obrero y, por otro, y mucho más importante, divulgar los trabajos y producciones escritas por los propios alumnos de la Escuela, transformándolos en agentes activos del proceso pedagógico. A través de las páginas del O Início es posible tomar contacto con parte del cotidiano de la escuela, sus materiales, sus instalaciones, métodos y valores.
Las dos Escuelas Modernas de São Paulo editaron también el Boletín de la Escuela Moderna, siguiendo el ejemplo de lo que ocurría en la Escuela Moderna de Barcelona (1901 – 1906) de Ferrer y Guardia. Esta publicación era dedicada a la propaganda de las ideas libertarias y la difusión de la obra racionalista en el país, mas también fue un espacio importante de reflexión teórica sobre educación.
Las Escuelas Modernas fueron cerradas en 1919, después de la muerte del director de la Escuela Moderna n° 3 (São Caetano do Sul), víctima de una explosión ocurrida en una casa en Brás. Este acto sirvió como justificación para que el Director General de Instrucción Pública del Estado de São Paulo, Oscar Thompson, pudiese mandar a anular, en carácter definitivo, la licencia de funcionamiento de la Escuela Moderna n° 1 y n° 2, acusándolas de ser promotoras del anarquismo en tierras brasileras. Los recursos invocados y el habeas corpus no surtieron efecto y los tres establecimientos fueron clausurados.
Por eso, João Penteado reabre su escuela con un nuevo nombre –Escola Nova- que, en poco tiempo, se transforma en Escuela de Comercio, ofreciendo cursos profesionales, y luego será la Academia de Comercio Saldanha Marinho, donde Adelino acabó enseñando por algún tiempo.
Posteriormente Adelino se mudó para Pozos de Caldas (Minas Gerais), donde dio continuidad a su trabajo docente, desarrollando la educación racionalista en las aulas particulares de su propia casa –con un aula improvisada- por muchos años, siendo responsable por la alfabetización de muchos infantes de aquella ciudad.
Adelino, además de participar en experiencias educacionales como fue el caso de la Escuela Social y de la Escuela Moderna, participaba activamente de otros espacios de propaganda y difusión del anarquismo. Frecuentemente era llamado a pronunciar charlas y conferencias sobre variados temas en asociaciones obreras y escuelas, función en la cual, aparentemente obtuvo gran éxito, pues algunas de sus intervenciones públicas acabaron siendo editadas en las páginas de diversos periódicos libertarios. Era también un anticlerical militante y siempre argumentaba duras críticas a la “canalla” religiosa en sus charlas o artículos.
Adelino admitía el importante papel de la imprenta anarquista en la formación e instrucción de los trabajadores. Por eso podemos encontrar varias colaboraciones se su autoría en medios como el Boletín de la Escuela Moderna, la revista A Vida, los periódicos A Rebelião y A Lanterna, principalmente, A Plebe, periódico que se mantiene en funcionamiento en la década de 1930 en el periodo de ausencia de Rodolpho Felipe por motivos de su prisión, volviéndose figura clave para al divulgación de un importante periódico anarquista, como en el relato de su prontuario del DEOPS:
“Quedemos en que Rodolpho Felipe, en Plebe, no pasa de simple figura decorativa, porque quien todo hace es un tal Adelino de Pinho.” 6
Sus escritos en este periódico, muchas veces firmados con el pseudónimo de Pinho de Riga 7, dejan claro cuales eran en su opinión, los pilares del mal de la sociedad capitalista: la guerra, el ejército, la ignorancia y el gobierno, todos en colusión contra los oprimidos. En el artículo intitulado “A escola, prelúdio da caserna”, Adelino hace una severa crítica a la escuela de su época, sea ella confesional o gubernamental, afirmando que en esos lugares era promovida la “sistematización da la violencia”, esto porque
“Los estados modernos, comprendiendo perfectamente que la decadencia de la religión y con el desarrollo comercial e industrial de las sociedades, era imposible mantenerlos sumidos en la ignorancia de los tiempos idos, las multitudes abrirán escuelas, las más que puedan, especialmente en las ciudades donde los agrupamientos son mayores y donde las ideas se diseminan más fácilmente, porque hay más sociabilidad, para por ese medio se lancen manos a los cerebros infantiles y los modelen a su buen placer, llenándolos de fórmulas metafísicas y abarrotándolos de palabrotas corrompidas, como patria, frontera, extranjero, enemigos, acostumbrando a los tierno infantes a desconfiar de los otros pueblos y a precaverse contra ellos, y que lleva a los de país extraño a hacer lo mismo y vice-versa. Los profesores primarios se transforman en una especie de instructores de soldados y la escuela surge como antesala de cuartel.”
Y sigue:
“Las nuevas generaciones, salidas de ese antro de desmoralizaciones, ¿qué otra cosa podrían ser sino buenos soldados? A fuerza de oír de amor a la patria, -de los ricos-, de ver desfilar los regimientos, de asistir a las paradas, de oír y entonar canciones feroces de chauvinismo e himnos triunfales de guerra, tomaran como fin y misión llegar a ser buenos soldados, obedientes a la disciplina y a la voz de sus jefes, prontos a arremeter contra los trabajadores en huelga o contra los pueblos de otros países, desde que los intereses de los adinerados y ricos capitalistas así lo exigiesen”.
Los escritos de Adelino, y de muchos otros anarquistas en periódicos y revistas pueden ser analizados más como una forma de instrucción que hoy llamaríamos “no-formal”, tanto para trabajadores como para sus hijos. Eso se vuelve más evidente cuando observamos el contenido de esos materiales y los espacios en que eran distribuidos:
“Esos vehículos de comunicación tenían como meta explicar, de forma pedagógica, la lucha internacional contra el capital y la necesidad de participación activa en las organizaciones obreras, además de propagar denuncias contra las injusticias sociales y propiciar una visión histórica a partir de la mirada de los trabajadores. En ese sentido, los periódicos eran encontrados en espacios autónomos e independientes del Estado, como: centros de estudios, centros de cultura, ateneos, bibliotecas, sindicatos y escuelas, siendo de fácil acceso tanto para la lectura cuanto para los interesados en hacerlos circular”. 8
Por tanto, la actuación de un militante anarquista en aquel período de efervescencia política de la clase trabajadora pasaba por diversos ambientes y diferentes prácticas: el trabajo, la escuela, el sindicato, el periódico, el teatro, los picnis. Había un espacio de sociabilidad al mismo tiempo que de aprendizaje en los medios libertarios. Adelino de Pinho transitó por todos ellos, formándose en la práctica cotidiana y colaborando en la formación de los demás, transformando en accionas la idea de Kropotkin sobre el apoyo mutuo.
Adelino fue un autodidacta. En este sentido, percibimos la importancia de la autoformación en los medios libertarios, práctica ejercida en todo el medio proletario, tornándose más que un importantísimo factor en la militancia anarquista, pudiendo ser observado en casos como el del propio Adelino, de Jaime Cubero y de muchos otros. La importancia dada a la educación posee criterios bien definidos, pues para aquel que se instruye, por tanto, “para el autodidacta, no interesa apenas la adquisición de los ‘mecanismos’ de lectura, pero, para más allá del dominio de las letras, palabras, números, juicios, son las reflexiones y los análisis críticos de la realidad inmediata, mediata y mas fundamental, las que son anheladas” 9. Instruirse no significa acumular conocimientos, volviéndose un individuo más iluminado, pero sin apropiarse de todo un universo de conceptos y reflexiones que posibiliten la intervención del sujeto en el mundo, que faciliten el nacimiento de nuevas realidades. Este autodidacta busca el conocimiento no porque le ofrece la oportunidad de mejorar su vida, sino por querer, fundamentalmente, cambiarlo, transformarlo siempre.
Pinho, en su charla “Por la educación y por el trabajo”, aborda, por ejemplo, la cuestión de la adquisición de diplomas, cuestionando la propia legitimidad de ese documento en cuanto prueba la capacidad real de el profesional en realizar tareas que, al principio, son capaces de realizar independiente de una comprobación formal y burocrática. La abstracción de la legalidad del documento no garantiza la competencia de la realización de los trabajos, a lo cual sólo podemos asegurarnos en la práctica, en la realización del trabajo concreto. El diploma sirve apenas para la mantención del status que, en cuanto legitimador de una supuesta autoridad que posee la “ciencia” de realizar tal o cual actividad, pero que no es garantía efectiva de realidad social y económica. Puede ser entendido como un medio de ascensión social y no de transformación. Por tanto, el conocimiento para los anarquistas no está en la ascensión o posición como cientista. Lo que les interesa es un conocimiento científico que se establezca a través de la enseñanza mutua y del autodidactismo, accesible a todos, fundando, así, para una teoría de la revolución10. Por tanto, la creación de espacios educativos –no solamente escuelas- se vuelve un facto esencial, pues tales espacios crearían las condiciones necesarias para que aflore esa enseñanza mutua, capaz de liberar las potencialidades de los individuos.
El profesor Adelino fue detenido en mayo de 1919 por ocasión de la persecución a los directores de las escuelas modernas en São Paulo. En la década posterior la vigilancia y persecución a los anarquistas se volvió cada vez más intensa, teniendo como marco la creación de la Colonia Penal Agrícola de Clevelândia, en Oiapoque, durante el gobierno de Artur Bernardes. Ese fue un periodo muy difícil para las actividades de los anarquistas pues, más allá de la represión estatal, hubo la concurrencia, muchas veces, violenta de las corrientes de transmisión del “comunismo” soviético.
En 1933, encontramos relatos de la presencia de Pinho en una “reunión anarquista” en la sede de la FOSP producido por un policía infiltrado del DEOPS. Las autoridades tenían a Adelino como un militante actuante que merecía ser vigilado. Lo mismo bajo la dictadura de Getúlio Vargas y la intensa represión policial, mientras el viejo profesor anarquista seguía actuando en reuniones en São Paulo y en la imprenta anarquista de la época.
Los documentos policiales, algunos artículos dispersos y las cartas que intercambiaban con sus amigos João Penteado y Rodolpho Felipe en las décadas de 1940 y 1950 atestiguan que sus ideas sobrevivirán a la dictadura getulista y, así mismo a la distancia, en Pozos de Caldas, continuando presente en los medios libertarios. Por esas cartas, notamos que la convicción no lo había dejado.
Algunos compañeros de Adelino de Pinho dejan registrados sus recuerdos de “profesor” anciano y amigo. Son relatos personales que colaboran para darnos una dimensión más humana, de la personalidad del hombre detrás de las palabras.
Jaime Cubero, antiguo miembro del Centro de Cultura Social, agrupamiento libertario fundado en 1933, del cual Adelino era parte, cuenta lo siguiente:
“Conocí a João Penteado y Adelino de Pinho cuando el Centro de Cultura Social retomaba sus actividades en 1945, después de la caída de la dictadura getulista. Yo, con 18 años, y los dos con edad avanzada, partcipando de reuniones, charlas, excursiones y fiestas. Ellos hablaban abordando temas de educación, área en la cual se desenvolvieron lo mejor de sus esfuerzos en los largos años de militancia libertaria.” 11
Otro conocido libertario cita a Pinho en sus memorias. Se trata de João Perdigão Gutierrez, en un texto extraído de las obras de Edgar Rodrigues:
“Hay que hacer una anotación honrosa al antiguo militante Adelino de Pinho, escribiendo, hablando o educando en su escuela, siempre fue coherente con sus ideas. Separado de la familia, sufrió amargamente, teniendo que pasar mucha hambre. Cuando retornó, a Minas, estuvo en nuestro hogar, y en la hora del almuerzo, no se contuvo y lloró copiosamente.
¿Qué es lo que tienes, Adelino?
Ah! Ya hace tiempo que no estoy habituado a esto.
Dicen que está recogido en un hogar de sus hijos. Residió algún tiempo en ‘Nossa Chácara’.” 12
En 1953 participó del Congreso Anarquista Nacional en Urca, Rio de Janeiro, más precisamente en el sótano de la casa de José Oiticica. Llegó a vivir en “Nossa Chácara”, sitio adquirido por anarquistas y naturistas, en el barrio de Itaim Paulista. Y es en ese período que su trayectoria se vuelve nebulosa.
Según el archivo del Memorial del Imigrante de São Paulo, Adelino Tavares de Pinho retornó, definitivamente, para Portugal el 27 de marzo de 1957, escribiendo algunas cartas para João Penteado en ese período desde Roge, Maciera de Cambro (Portugal).
Todavía, más allá no logramos descubrir los datos referentes a fechas y al lugar de su muerte. Pudo haber vuelto al Brasil si seguimos una pista dejada por Pedro Catallo en sus memorias:
“[A] Adelino de Pinho [le] fue prohibido enseñar o mantener una escuela. Envés de reconocer el Brasil la extraordinaria obra alfabetizadora realizada por ese hombre, por iniciativa propia, y cuando había escuelas para muy poca gente, y cuando era difícil encontrar entre el pueblo proletario alguien que supiese leer, Adelino de Pinho no puede enseñar más y tuvo su vida enormemente complicada. Precisamente en estos días en que estoy escribiendo estas memorias, fue traído de auto por uno de sus yernos, para hacerme una visita. Al verme quedó de tal manera emocionado que temí que le aconteciese alguna cosa, lloraba con las manos puestas en el corazón. Almorzó conmigo, bastante lúcido y con 84 años”.
Si la información de Catallo es correcta, y utilizado un simple cálculo matemático, podemos suponer que esta visita se dio en 1969. Sin embargo, las memorias están fechadas en 1965. De cualquier manera, podemos suponer que a mediados de la década de 1960, Adelino estaba vivo en São Paulo, lo mismo que por un corto período de visitas.
Cabe a los militantes y a los investigadores continuar esa história a partir de donde paramos. Nuevas informaciones y trabajos históricos están siendo producidos en momentos que pueden traer a la superficie interesantes novedades sobre Adelino de Pinho y los demás militantes que actuaron en el Brasil. Nuevos estudios sobre pedagogía libertaria son siempre bienvenidos y pueden contribuir mucho para hacer justicia a grandes pedagogos y maestros como João Penteado y el propio Adelino.
Esperemos que nuevos ojos puedan ver lo que no vimos y plumas más hábiles escribir lo que no fuimos capaces.
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Sugerencias de lectura
CALSAVARA, Tatiana da Silva. Prática da educacão libertária no Brasil: a experiencia da Escola Moderna em São Paulo. Dissertacão de Mestrado em Educacão. São Paulo: FEUSP, 2004.
CANDIDO, Antonio. Teresina e seus amigos. São Paulo: Paz e Terra, 1996.
FREGONI, Olga Regina. Educacão e resistência anarquista em São Paulo: a sobrevivencia das práticas da educacão libertária na Academia de Comércio Saldanha Marinho (1920 – 1945). Dissertacão de Maestrado em Educacão. São Paulo: PUC-SP, 2007.
JOMINI, Regina Célia Mazoni. Uma educacão para solidaridade. Campinas: Pontes, 1990.
LUIZETTO, Flavio V. Presenca do anarquismo no Brasil: um estudo dos episódios literário e educacional – 1900/1920. Tese de doutorado. São Carlos: USP, 1984.
MORAES, José Damiro. A trajetória educacional anarquista na Primeira República: das escolas aos Centros de Cultura Social. Dissetacão de Mestrado en Educacão. Campinas: Faculdade de Educacão da Unicamp, 1999.
________. “Educacão anarquista no Brasil da Primeira República” In: HISTEDBR. Campinas: Faculdade de Educacão da Unicamp, s/d. Disponible en: http://histedbr.fae.unicamp.br/navegando/artigos_frames/artigo_052.html. Revisado el 5 de enero de 2012.
NASCIMENTO, Rogério H. Z. Florentino de Carvalho: pensamento social de un anarquista. Rio de Janeiro: Achiamé, 2000.
RODRIGUES, Edgar. Os Companheiros 1. Rio de Janeiro: VJR, Editores asociados, 1994.
SANTOS, Luciana Eliza dos. A trajetória anarquista do educador João Penteado: leitura sobre educacão, cultura e sociedade. Dissertacão de Mestrado en Educacão. São Paulo: FEUSP, 2009.
SILVA, Doris Accioly e. “Anarquistas: criacão cultural, invencão pedagógica”. In: Educacão e Sociedade, v. 106. São Paulo, 2009.
SILVA, Robledo Mendes da. A influência de Élisée Réclus na educacão operária no Brasil: das Ciências Naturais à Educacão Integral. Dissertacão de Mestrado. Rio de Janeiro: Unirio, 2010.
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Notas.
1 Los cuales citamos al final como sugerencia de lectura.
2 Se trata de la investigación desarrollada desde 2012 en el departamento de Historia de la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de la Universidad de São Paulo por Vítor Ahagon, titulada “La trayectoria de Adelino de Pinho: passos libertarios en educación y en sindicalismo”.
3 CANDIDO, Antônio. Teresina e seus amigos. São Paulo: Paz e Terra, 1996.
4 Prontuário DEOPS/SP n° 4 – Adelino Tavares de Pinho. Arquivo do Estado/SP.
5 Para saber más sobre João Penteado ver las obras de Santos, Calsavara, Rodrigues y Fregoni, en las “Sugerencias de lectura” al final de este capítulo.
6 Doc. 2, Prontuario DEOPS/SP n° 4 – Adelino de Pinho.
7 RODRIGUES, Edgar. Os COmpanheiros – 1. Rio de Janeiro: Editores Asociados, 1994.
8 DAMIRO, José. Leitura que recomendamos: o que todos devem ler, p. 5.
9 VALVERDE, Antônio Romero. Pedagogia Libertária e autodidatismo. Tesis de doctorado de la Unicamp, pág. 9.
10 COLOMBO, Eduardo. Democracia e poder, a escamoteacão da vontade. São Paulo: Imaginário, 2011.
11 CUBERO, Jaime. “Apresentão”. In: Boletim da Escola Moderna (facsímile), CMS/AESP, s/d.
12 RODRIGUES, Edgar. Os Companheiros – 3. Florianópolis: Insular, 1997, pp. 18 y 19.