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Cátedras Anarquistas: desde el 5 de octubre hasta el 23 de noviembre

Ante la frecuente usanza de la palabra anarquista o libertario en Chile, os invitamos a las cátedras anarquistas para conocer las tensiones y características analíticas del pensamiento ácrata, como también su influencia en el ámbito artístico contemporáneo.

Martes 5 de octubre

Introducción al Anarquismo

Martes  12 de octubre

Análisis Social del Anarquismo

Martes 19 de octubre

Geografía y Anarquismo

Martes 26 de octubre

El Anarquismo en América Latina

Martes 2 de noviembre

Anarquismo y Literatura Latinoamericana

Martes 9 de noviembre

El Anarquismo en Chile

Martes 16 de noviembre

Experiencias Autogestionarias

Martes 23 de noviembre

El Anarquismo y el Arte Contemporáneo

Las cátedras se realizarán a las 19.00 horas en la sala A-313 (Sector bellas artes) de la Universidad Arcis, ubicada en Libertad #53, a pasos del Metro ULA.

Cátedras Anarquistas

Inauguramos nueva sección: Archivo Histórico

Por fin inauguramos nuestra sección «Archivo Histórico», espacio que irá reuniendo, principalmente, revistas, periódicos y documentos relevantes para la historia del pensamiento anarquista en Chile y el mundo.

Se trata, específicamente, de documentos repartidos por distintas bibliotecas – a veces en formato de microfilm, empastes o en el formato original – y que hemos digitalizado. Esto es, en efecto, un trabajo lento y que requiere tiempo. No obstante, el espacio en sí estará en permanente construcción. Por el momento, tenemos disponible los catorce números del periódico chileno El Sembrador que se editaron en Valparaíso entre los años 1925 y 1927 y estamos terminando de digitalizar algunos números de la revista Babel, cuyo director fue Enrique Espinoza y que contó con  la participación de José Santos González Vera, Manuel Rojas, Juvencio Valle, Albert Camus, entre otros.

Sin nada más que agregar, esperamos que el archivo histórico amplíe nuestros conocimientos de la historia e ideas anarquistas.

El Sembrador

Periódico El Sembrador, N°1, 12 de diciembre de 1925.

Biografías: Escritos Personales de Gómez Rojas

Los escritos personales siempre son una fuente importantísima y muchas veces invaluable en la comprensión de la vida y de las obras artísticas de escritores en general, más aún de los poetas.
El poeta, cuando fluye su energía, no lo hace pensando en cuanto de ello podrá servir más tarde en la elaboración de una “historia” o “narración”, resultando de esto cierta ininteligibilidad cuando se desea ir más allá del análisis literario. De allí que los textos que les presentamos a continuación, extractos tomados de los manuscritos de José Domingo Gómez Rojas -conocidos como su “Diario Íntimo”- los consideramos fundamentales. Lamentablemente, hasta el momento, sólo hemos tenido acceso a algunas de las páginas del Diario Personal, aunque no perdemos las esperanzas de encontrar los restantes fragmentos, así también las partes faltantes de sus obras poéticas, teatrales y de crítica literaria, a las cuales dedicó parte de su tiempo, según hemos podido leer. Estos manuscritos contribuyen a figurar de la manera más completa y compleja a Gómez, ya sea en términos personales, intelectuales, artísticos y políticos, ya sea dándonos la oportunidad de encontrar lazos entre el hombre, la época y las corrientes literario-artísticas de las cuales rescata ideas y valores. Sinceramente creemos que este es un valioso aporte al conocimiento, comprensión y valoración de las obras del poeta y de la trascendencia que debería tener para la vida literaria chilena. (Seguir Leyendo)

Rebeldias Líricas, de Gómez Rojas

Rebeldias Líricas, de Gómez Rojas

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» Voces para un retrato de Baldomero Lillo / de Diario El Mercurio

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«González Vera: coleccionista de fósforos»

"Vidas mínimas"

El Premio Nacional de Literatura, que recibió en 1950, obligó a José Santos González Vera a asumir en público una vocación hasta ese momento semiprivada. Bruscamente pasó del silencio casi zen, en el que había escrito y publicado hasta entonces -sólo dos libros: Alhué y Vidas mínimas -, a una etapa de plena productividad, ensayando muchos géneros distintos.

El Premio Nacional, como ahora, como siempre… El 13 de junio de 1950, José Santos González Vera, funcionario de la Universidad de Chile, decidió ir a almorzar con Héctor Fuenzalida, ex compañero de oficina. Al entrar al restaurante les salió a su encuentro Juvenal Hernández, rector de la misma Universidad. Éste lo felicitó ruidosamente. Hacía pocos minutos, y por unanimidad, el autor de Vidas mínimas había sido elegido Premio Nacional de Literatura, en gran parte porque era uno de los pocos escritores chilenos que no habían hecho ningún esfuerzo para ganarlo.
¿Quién es ese famoso González Vera?, se preguntó con creciente indignación gran parte de la fauna literaria chilena de entonces. Dos libros de relatos, con cierto éxito de crítica y nula repercusión entre el público (la edición de cada uno, de no más de mil ejemplares en cada caso, se demoró dos décadas en agotarse). Anarquista de joven, perseguido por sus ideas, parte central de muchas publicaciones ácratas, empleado a cargo de organizar conferencias en la Universidad de Chile, amigo semiinvisible de Manuel Rojas. Una invención de éste, dijeron no pocos, un simple fantasma de otro tiempo que Alone mandó a premiar por puro capricho. Escritor chaplinesco, dijeron sus opositores, coleccionista de palos de fósforos, tan insignificante como un cuaderno escolar sin escribir: González Vera insistió en publicar en la solapa de Cuando era muchacho (Nascimento, 1951) estas y otras críticas. Quería llenar las solapas de invectivas, pero el editor lo obligó a incluir un par de alabanzas. (Seguir Leyendo)

Rebeldía y Libertad. Sobre J. D. Gómez Rojas

Por Maximiliano Astroza-León

· Introducción.

“Era un sembrador de sueños”.

Antonio Acevedo Hernández.

¿Por donde comenzar? Tal vez sea necesario definir este trabajo. En primer lugar, decir que esta investigación se ha construido como una tarea propiamente historiográfica sería un error, tal como si la denomináramos investigación literaria. Será, desde mi punto, un intento de acercamiento y descubrimiento personal, un camino a recorrer junto a un poeta; de las ideas, mentalidades y alcances sociales de lo que pretendía la juventud, por allá, en los inicios del siglo XX. De allí que sea una contribución de alguien que pretende ser escritor sin serlo e historiador a veces.

¿Un ensayo, se dirá? Una cosa es cierta: no intentaremos probar ni elaborar doctrina alguna. Sin caer en la sensiblería vacía, nuestras premisas se sustentan sobre concepciones personales, que ustedes podrán compartir o no, y que podrán objetar o defender según les plazca. Será entonces una aproximación a un hombre, a un personaje y su obra literaria, con la esperanza de comprender las motivaciones de una juventud radical, de compromisos, expresiva y talentosa, que buscaba nuevos caminos para dar a conocer pensamientos que bullían en las conversaciones y tertulias, en los Ateneos y Centros de Estudios Sociales, en las Organizaciones obreras, Sociedades en Resistencia y la Federación de Estudiantes, una sociedad que comienza a propugnar la Redención Social como una tarea a cumplir. A esta juventud que sueña y que lo demuestra mediante sus acciones comprometidas con los más pobres, con la Justicia -esa que está por sobre las leyes, e incluso, contra las leyes-  y con la cultura popular, la invocamos, ¡reivindicándola!.

En estos tiempos, donde los grupos juveniles intentan -como siempre lo han hecho y creemos firmemente, lo van a seguir haciendo- crear su espacio en medio de la  frustración y la desesperanza, el egoísmo y la amargura de una sociedad cruel, nos volvemos hacia estas vidas que, en medio del vendaval que supuso el año 1920, construyeron, como diría Gandulfo, valuarte de esa “Generación”,  al menos una verdad: No se pude amar sin odiar; para amar la bondad y la verdad hay que odiar la maldad y la mentira: somos hombres.

*

*          *

En segundo lugar, intentar un esbozo a una obra artística cualquiera sea ésta, o más aún, poética, no es nada fácil, menos todavía el dedicar algunas palabras a José Domingo Gómez Rojas, a sus Rebeldías Líricas y sus Elegías -entre otras-, un tanto desconocidas incluso para quienes han decidido hacer de la literatura su vida y trabajo, su alimento y pasión. Este autor y su obra, que influyeron notablemente en poetas, escritores y la sociedad en general durante la segunda década del siglo XX debido a su potencia poética, se han mantenido en las sombras, a pesar de que Gómez Rojas se constituyó en pilar fundamental para el desarrollo de una generación literaria marcada por las preocupaciones sociales y políticas, tal vez, una de las más trascendentes de este país. Como decimos, nada fácil, y sin embargo lo intentaremos.

Ahora bien, unas preguntas para comenzar: ¿quién fue José Domingo Gómez Rojas? ¿Alguien todavía recuerda a este muchacho delgado y moreno que llamaron El Cristo de los Poetas y que deslumbró con sus líricas a la juventud hasta su muerte, acaecida de forma infame en el año 1920?

· Capítulo I. La persona y el personaje.

“Había escrito: ‘La Tierra misma lentamente muere con los astros

lejanos. ¡Miserere!’, pero el no quería morir, quería vivir y vivía

y trabajaba para que, antes de que la Tierra desapareciese,

viviera un día sobre ella una civilización, posiblemente la última,

basada en el amor y en el trabajo; era un sueño, pero él había sido

un poeta y soñaba”.

Manuel Rojas en La oscura vida radiante.

1. Primera aproximación

Por cosa fortuita, tal vez, saltó su nombre nuevamente a nuestra memoria por un hecho y sus implicancias estéticas y arquitectónicas principalmente -digámoslo tal cual. Esta ‘plaza’, más bien que ‘parque’, donde instalarían un super-mega-hiper Papa se llamaba ¡oh, sorpresa! José Domingo Gómez Rojas. Fue entonces que, por una semana, diarios, radios y televisión, repitieron aquel nombre sin saber a ciencia cierta quien era y el porqué, a veces, la vida se vuelve tan irónica como si no le bastara ya con el olvido. (Seguir leyendo)

Malatesta y una Entrevista Particular: desentrañando la maraña

“La esclavitud educa para la esclavitud”
Enrique Malatesta.

En nuestros días, numerosas agrupaciones se dicen –o autoproclaman-anarquistas.
La mayoría de ellas, defienden el carácter clasista del anarquismo. Sin negar la legitimidad o no de sus opiniones, no somos una orden monacal, leyendo a Malatesta-tan de moda en el Chile actual- una encuentra un pensamiento muy particular sobre este tema.
Publicado por “El Sembrador” de Iquique, en su número 37, y titulado “odio o lucha entre clases”, el viejo militante italiano, se defiende de numerosas acusaciones que le vindican como propagador del odio entre clases. Malatesta, espíritu amplio, se defiende diciendo que tal invectiva carece de fundamento, pues si bien el reconoce la importancia de la propaganda anarquista entre los explotados y humildes , también comenta que “(…) no es necesario por esto, hacer del pobre un fetiche sólo por ser pobre, ni alentar en él la creencia de que es de una esencia superior(…)”. O sea, de plano rechaza esencialismos políticos o un “ethos popular”. Y no se piense esta opinión propia o exclusiva de él, ya que-desde variados ángulos- Max Nettlau, Rudolf Rocker, Camilo Berneri, Diego Abad de Santillán, Gustav Landauer, entro otros, plantean análisis que reconocen intereses divergentes en la sociedad capitalista, mas no caen en el “romanticismo socialista” con su “culto al obrero” (Camilo Berneri). (Seguir leyendo)

Errico Malatesta (1853-1932)

Errico Malatesta (1853-1932)

Se suspenden las Cátedras sobre Anarquismo

Estimadas y estimados, por diversas razones, hemos optado aplazar las Cátedras sobre Anarquismo, a realizarse entre las fechas de 16 y 25 de Agosto, hasta nuevo aviso.

Esperamos que dicha resolución nos permita presentar un trabajo más completo en la nueva instancia.

Saludos cordiales,

Grupo J. D. Gómez Rojas

Jazz, un espíritu libertario

(Artículo apararecido originalmente en Tierra y Libertad. Extraído de A las Barricadas)

El presente artículo me animé a escribirlo gracias a la falta de información que hay, en el movimiento libertario, sobre un tema tan complejo como lo es el jazz. No soy, ni pretendo ser un erudito del tema, pero debido a un férvido instinto de melomanía y a la creciente ola de música que circula en los movimientos sociales, me parece necesario rememorar el origen y el desarrollo de este género musical. Aunque en la actualidad sólo conozco algunos conciertos que se vincularon al movimiento anarquista de la década de los años 20, me queda claro que el jazz tuvo una participación en la izquierda norteamericana, tanto en la izquierda comunista, y en menor medida, en la izquierda anarquista. En su momento, el jazz, fue un protagonista más en la larga lucha contra el poder y el capital.

El origen negro, cantos de libertad

A mediados del siglo XIX las transformaciones económicas del país norteamericano, reclamaban la mano de obra necesaria para satisfacer las necesidades de la nación. De 1860 a 1910 el número de granjas se triplicó, aumentó de 2 a 6 millones, la superficie de cultivo paso de 160 millones a 350 millones de hectáreas, bajo este contexto laboraron miles de trabajadores afroamericanos, que nada poseían, a excepción del cálido recuerdo de la música, dulce abrigo para los esclavos, que les ayudaba a soportar el trajín, o por lo menos así lo sentían ellos. Los presos, los ferrocarrileros y los obreros cantaban durante la dura jornada, un especie de guía improvisaba y los demás lo seguían. Ante la desolación de la feroz explotación, muchos afroamericanos encontraron refugio en el cristianismo, ahora no sólo se cantaba en el trabajo, sino que la potente voz de los afroamericanos, fue depurando los himnos religiosos, creando los espirituales. Tanto en los desfiles militares, como en la iglesia, enfocaban su atención en las estrofas y el ritmo, es decir, en la música. Cualquier lugar era aprovechado para practicar, incluso hay especialistas que aseguran que el jazz nació en los funerales negros, con las bandas que se alquilaban para armonizar el sepelio. (Seguir leyendo)

Ha Fallecido Luis Vitale

En Santiago de Chile, durante la madrugada del domingo 27 de junio, falleció el legendario académico, escritor y hombre de izquierda, LUIS VITALE, quien se encontraba afectado de una incurable dolencia desde hace algún tiempo. Sus restos fueron velados en la sede capitalina de la Sociedad de Escritores de Chile, Simpson 7, Providencia. El día lunes 28 de junio se efectuaron sus funerales en el Cementerio Parque del Recuerdo.

Revolucionario, académico universitario, tanguero impenitente, nacido en Argentina y chileno por elección, sus innumerables obras publicadas abordan temáticas asociadas a la historia social comparada de los pueblos de América Latina; la interpretación marxista de la historia de Chile; la teoría de la historia; los pueblos originarios; el protagonismo social de la mujer; el deterioro ambiental; vida cotidiana; movimientos estudiantiles; teoría política, etc.

Luis Vitale, que amó la vida y la ofreció a los humillados y ofendidos del mundo, fue académico titular de la Universidad de Chile, Universidad de Concepción, Universidad Técnica del Estado, Universidad Gôete de Frankfurt, Universidad Central de Venezuela, Universidad Nacional de Bogotá, Universidad Río Cuarto de Córdoba, Argentina, y fue Profesor Doctor Emérito de la Universidad de Groningen, en Hamburgo.
Luis Vitale fue dirigente nacional de la Central Única de Trabajadores “de los buenos tiempos de Clotario Blest” (58 -62), y en la actualidad se definía como “marxista libertario” desde donde contribuyó, aun enfermo, con organizaciones que luchan por una alternativa al capitalismo neoliberal.

Luis Ricardo Vitale Cometa

Luis Ricardo Vitale Cometa

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