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Nuevo Proyecto: «EROSIÓN, Revista de Pensamiento Anarquista»

El viernes 27 de julio se lanzó «EROSIÓN, Revista de Pensamiento Anarquista» (ISSN 0719-2657), proyecto de nuestro grupo que busca desarrollar los ideales libertarios en el siglo XXI desde diversas disciplinas, aportando de este modo tanto al estudio profundo del anarquismo como a la posibilidad de plantear proyectos sociales donde sean aplicados los principios ácratas.

El lanzamiento contó con una gran concurrencia de compañeras y compañeros, así como de personas interesadas en conocer este naciente proyecto. Agradecemos su apoyo y presencia durante la jornada, la cual, además, fue dedicada a la memoria de aquellos que cayeron el 27 de julio de 1920 en el incendio y masacre del local de la Federación Obrera de Magallanes.

EROSIÓN será publicada dos veces al año y contará con la presencia de investigadores, escritores y militantes de diversas latitudes y disciplinas. Este primer número tiene 84 páginas en total, donde se incluyen investigaciones, reflexiones, columnas y una pequeña selección de escritos literarios de escritores anarquistas del Cono Sur.

La revista puede ser descargada en formato en PDF desde la sección que hemos habilitado, así como se puede adquirir en su formato impreso en la tienda Sarri Sarri, ubicada en «La Galería», San Ignacio # 75, Local 31, entre Metro Moneda y Los Héroes, Santiago de Chile. Esperamos contar prontamente con otros sitios establecidos de difusión tanto en Santiago como en regiones. Del mismo modo, EROSIÓN se encontrará en diversos centros de estudios y bibliotecas, sean comunitarias o institucionales.

Para consultas nos pueden escribir al correo: erosion@grupogomezrojas.org

Salud y Libertad.

Grupo Gómez Rojas.

76° Aniversario de la Revolución Social Española: Documental «La Guerra Civil Española», de Jean-Claude Dassier & Gilles Delannoy (1986)

En la caratula del documental que presentamos hoy dice «Documentales Inéditos». No sabemos si será verdad. Lo cierto es que no es un material muy difundido. Por nuestra parte, lo ripeamos y adherimos el audio doblado al español para poder compartirlo con todas y todos los interesados.

«La Guerra Civil Española» («The Spanish Civil War» es el título original) es un documental realizado por Jean-Claude Dassier y Gilles Delannoy en 1986, con el guión de Murielle Chiche y música original de Roger Viger. Pertenece a los archivos de la Cinemateca Gaumont.

Portada de la película.

Podríamos decir que es un documental «histórico y neutral», pues se enfoca, netamente, a narrar los hechos entre 1936-1939, centrándose particularmente en el aspecto bélico, en las batallas de aquí y de allá. Quizás por esta razón, de vez en vez, el narrador deja mucho que desear: si atendemos sus palabras, notaremos algunas suspicacias sospechosas.

Aún así, se refiere a la colectivización, a los acontecimientos de Barcelona y a la figura de Durruti («la fuerza central de los anarquistas», dice el narrador), lo que permite que sea un documento muy completo, entregando testimonios tanto de franquistas como de republicanos: «los franquistas matan maestros, los republicanos atacan a la burguesía y a miembros del clero», «a un lado, la revolución nacional, al otro, la revolución social».

En fin, es un documento que recorre en 54 minutos (que es poco) desde el levantamiento del ejército en 1936 hasta el exilio español y la prisión del 39, terminando con una escena final que muestra una repugnante marcha militar en honor al triunfo de los nacionales y al apoyo de los aliados.

En resumen: este documental es como un texto de un manual de historia, muy cronológico y con muchas referencias a personajes, batallas, ciudades y a la permanente división entre vencedores y vencidos. Y como ante todo manual de historia, esperamos que el lector sea crítico, indague y se forme su propio juicio.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=-jxKXmo09K4]

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76° Aniversario de la Revolución Social Española: Documental «L’Espagne vivra», de Henri Cartier-Bresson (1938)

Desde el año pasado, nos hemos enfocado en recordar la Revolución Social Española de 1936 a través del séptimo arte: el desafío de realizar esto es que, por un lado, tenemos que tratar de no repetir las mismas películas que todo el mundo conoce (hay muchas películas sobre la guerra civil) y, por otro, buscar el modo de presentar materiales fílmicos que nos remitan a los trabajos que fueron realizados desde una óptica libertaria: las obras del Sindicato de la Industria del Espectáculo Films o la figura de un director de cine como Armand Guerra, son algunos ejemplos.

Por ende, el desafío implica que, a veces, debemos tratar de traducir películas o, como la que presentamos hoy, incrustar los subtítulos en el video mismo: nos interesa que ampliemos el universo del séptimo arte anarquista.

Hoy día, tal como lo adelantamos, presentamos este documental cuya realización estuvo a cargo del reconocido fotógrafo libertario Henri Cartier-Bresson (1908-2004), quien, aún con una muy avanzada edad, reivindicaba seguir siendo un anarquista. Ya en el año 1998 declaraba que, para él, «el anarquismo es, ante todo, una ética y, como tal, se ha mantenido intacta. El mundo ha cambiado, no es así el concepto libertario, el desafío frente a todos los poderes».

Henri Cartier-Bresson

En este sentido, en un interesante artículo de Capi Vidal titulado «Cartier-Bresson, fotógrafo y anarquista»se señala que:

Cartier-Bresson se hizo anarquista siendo muy joven, al descubrir mundos diferentes al de las civilizaciones judeocristiana y musulmana. Frente a la inanidad presente en un mundo donde la tecnología posibilita un tropel ininterrumpido de imágenes, reivindicó siempre la sensibilidad del ojo del artista.

En efecto, esta particular idea del arte hizo que Cartier-Bresson se convirtiera en uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX, a pesar de que nunca le interesó la fama. Su legado quedó plasmado en fotografías («fotorreportajes», en realidad) de reconocidos personajes que van desde Jean-Paul Sartre, Albert Camus hasta Ernesto «Che» Guevara y Édith Piaf, además de haber estado presente  en la funeral de Gandhi, así como en diversos lugares del mundo.

Lo que hoy nos convoca es su participación en la Guerra Civil Española, durante la cual declaró sentirse profundamente identificado con la obra de los anarquistas españoles, a quienes trató de ayudar en lo que más pudo. El documental que presentamos hoy, justamente, nos muestra la memorable labor que realizó como documentalista, siendo este trabajo parte de una serie que estaremos presentando durante estos días.

Específicamente, «L’Espagne vivra» (o «España Vivirá»), es un documento que nos muestra el apoyo que realizaba «El Socorro Rojo», organización que reunía las ayudas que llegaban desde el extranjero (por parte de sindicato, partidos y organizaciones obreras) para apoyar la causa republicana. Es, en efecto, un documental muy completo, con escenas muy interesantes y un completo panorama de lo que ocurría durante la guerra en ambos bandos.

El documental lo pueden ver online desde nuestro Canal de YouTube «La Cigarra Libertaria TV», dura 43 minutos y tiene los subtítulos en español incrustados:

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=HG6tK7BoKfQ]

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Ciencias: Ponencia de Antonio López Campillo en el debate «Ciencia y Anarquismo» [Barcelona, 1993]

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Ya compartimos con ustedes la ponencia de Ana María Tejo en el debate abierto «Ciencia y Anarquismo» durante las jornadas «Anarquisme: Exposició internacional», celebradas en septiembre y octubre de 1993  en Barcelona, España. A continuación, presentamos la continuación de este ponencia, también inscrita en la temática de ciencia, técnica y anarquismo, a cargo de Antonio López Campillo (1925), quien estudió Ciencias Químicas en la Universidad Complutense de Madrid y se doctoró en Ciencias Físicas por la Universidad de la Sorbona en París, Francia, país donde residió durante la dictadura franquista.

Antonio López Campillo (1925)

Investigó durante más de 30 años en el CNRS francés y participó en diversos programas de televisión, dentro de los cuales destacamos  sus intervenciones en el debate sobre ateísmo emitido en la Televisión Española el 2 de julio de 1997 (para ver el debate, hacer click aquí).

Esta ponencia es una excelente introducción al pensar anarquista sobre la ciencia. López Campillo nos señala la nomenclatura entre moral y ciencias que se articularía desde el pensamiento libertario, explicando de esta forma sus distinciones respecto a las corrientes políticas de afán científico (como el marxismo) y del quehacer científico basado solamente en la técnica. Así, en efecto, recalca:

El anarquismo nunca ha inventado una doctrina del cosmos, siendo más pobres nos hemos limitado a inventar modos de vida que nos permitan vivir con nuestros semejantes en paz y gozando de ellos. Luego la ciencia sirve a la anarquía, al pensamiento anárquico, a esa filosofía que es de hecho una moral como se ha insistido, una moral muy fuerte. Pero la ciencia y la técnica de hoy requiere también un pensamiento y una moral fuerte que puede proporcionarlos la anarquía, un pensamiento anárquico de critica constante de las cosas, de no aceptar nada como verdad, que es lo típico del pensamiento científico.

¿Será necesario parar la técnica y retroceder? ¿Por qué el saber científico es capaz de meter en la cárcel a quienes no encajen en sus análisis? López Campillo trata de responder algunas de estas cosas, teniendo claro que el anarquismo no es una doctrina del mundo:

Ciencia y Anarquismo: Ponencia de Antonio López Campillo (*)

Sobre la ciencia, la Técnica y el Anarquismo, lo que se ha dicho estoy completamente de acuerdo, de forma que si estoy aquí es para unas bobadas por cuenta mía

Se ha hablado de la técnica, ustedes recordarán que en la época de Marx hubo un hombre, un sacerdote que se llamaba Malthus que decía que el crecimiento de la población iba a conducir al hambre y que había que limitar la población. Las doctrinas de Malthus las atacó Carlos Marx, pero el que demostró que las teorías eran falsas no fue él, fue un invento técnico que se llama preservativo. El problema de la técnica  es casi una costumbre en los medios marginales que, por desgracia, es donde nos encontramos: marginados de la sociedad, los anarquistas hacen un ataque constante al horror de la técnica y de la ciencia por los productos que hacen. Esta posición de crítica que es sana en principio tiene un pequeño defecto y es que se atribuye a la técnica  los males, eliminando la responsabilidad de los hombres. Los que hablan contra, la técnica normalmente se refiere a ella cómo algo que hubieran traído los marcianos un día por la tarde y nos lo hubieran impuesto. Si nos dedicamos a estudiar cómo ha funcionado el ser humano desde que pasó de homínido a antropoide ya más inteligente y un poquito más hasta lo que somos nosotros, nos damos cuenta que lo que caracteriza, lo que va a llevarse la humanización del hombre, es que éste no tiene nicho ecológico propio. Se llama nicho ecológico (en la ecología como ciencia no como ideología) a aquel medio donde una especie animal encuentra la máxima satisfacción. Este ser que podemos llamar neurótico, enfermo, feo, pequeñajo, alto, rubio, moreno, como ustedes quieran, que se llama hombre, se caracteriza por no poseer un nicho ecológico propio natural, lo que le obliga desde el principio a fabricarse instrumentos que le permitan subsistir en el medio, y eso se llama técnica. Sigue leyendo

Literatura: «El humorismo de González Vera», por Raúl Silva Castro

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Más de una vez, nos hemos sorprendido por encuentros inesperados o por coincidencias que, simplemente, no tienen explicación.  Coincidencias alegres o malas, da igual, a veces quedamos mudos por ellas.

Hace unos días, volvimos a tomar un libro de la biblioteca de casa. Era la primera edición de“La copia y otros originales”, de José Santos González Vera, editado en 1961 por la Editorial Nascimento (libro que, por lo demás, está digitalizado por Memoria Chilena). En su primera página, hay una confusa firma que dice “JMazzini Agosto de 1961”, y en el interior un trozo de papel grueso con nombres escritos y dos recortes de diarios.

«La copia y otros originales». Santiago : Nascimento, 1961.

Hace décadas atrás, era común recortar el diario cuando se encontraba alguna noticia interesante: cada persona tenía su archivo personal en casa y los libros solían ser buenos archivadores. En este libro de González Vera, uno de los recortes debió haber quedado durante varios años entre hoja y hoja, ya que éstas tienen marcado el pigmento amarillo del papel viejo. Para nuestra sorpresa, este recorte era un artículo del escritor y crítico literario Raúl Silva Castro (1903-1970), titulado “El humorismo de González Vera”. El recorte venía justo en una página donde se narraba la historia de Diego Silva, un escultor anarquista amigo de González Vera, destacando, para nuestra sorpresa, el siguiente diálogo:

– Tú eres mi hermano en acracia –solía decirme–. Eres joven. El mundo te pertenece. ¿Te queda un cigarrillo? ¡Qué bien! Hay que ser como los espartanos. En ellos la idea creatriz se transforma en acción. (Pág. 126)

Enseñanza breve, pero memorable, que nunca está demás tener marcada con un recorte de El Mercurio del jueves 3 de agosto de 1961.

Por lo demás, las palabras de Raúl Silva Castro son certeras y benévolas, provenientes de un hombre que conoció muy de cerca la obra literaria de González Vera, el denominado “Chejov del Mapocho”. De hecho, en el artículo podemos leer sutiles observaciones:

La melancolía es, a menudo, el fondo usual de los humoristas, la realidad profunda que éstos aspiran a encubrir tras la sonrisa o la carcajada. González Vera ha preferido, para su mensaje, la sonrisa (…)

A continuación dejamos con ustedes el artículo de Silva Castro, el cual, justamente, trata sobre “La copia y otros originales”, libro que invitamos a descargar de Memoria Chilena y echarle, por lo menos, un vistazo:

Hacer click en la imagen para agradar (o leer en PDF)

Ciencias: Ponencia de Ana María Tejo en el debate «Ciencia y Anarquismo» [Barcelona, 1993]

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El siguiente artículo fue expuesto por la Doctora Ana Maria Tejo (quien, hasta donde sabemos, trabaja en el laboratorio de física de la Universidad Tecnológica Nacional, Argentina) en la Exposición Internacional sobre Anarquismo realizado en 1993 en Barcelona, España. Se trata de una reflexión en torno a la ciencia y la técnica desde una perspectiva anarquista, en donde podemos darnos cuenta que no es suficiente con atacar a la ciencia y la técnica, sino que, realmente representa una oportunidad.

Sin duda, es un tema que despierta diferentes posturas  y reconocemos que puede resultar demasiado positivo para los “tecnófobos”, sin embargo, es importante entender el mundo de la técnica para comprender el siglo XXI. Jacques Ellul, por ejemplo, es bastante certero en esta cuestión cuando afirma que la técnica se aplica  a dominios que tienen muy poco que ver con la vida industrial.

Mesa del debate. «Anarquisme: Exposició Internacional». Barcelona, 30 de septiembre de 1993.

Así, la ciencia y la técnica se relacionan de manera retroalimentativa, donde ninguna es más importante que la otra y no se pueden concebir de forma separada ni privilegiada. Un ejemplo bastante explicativo, tomando en cuenta una investigación científica de los últimos años en Física, es el famoso bosón de Higgs (hipótesis formulada en los años 60), que para su detección tuvieron que transcurrir décadas hasta que se contara con los avances técnicos necesarios (Gran  colisionador de hadrones).

            En fin, con esta ponencia (inscrita dentro de un debate abierto donde tanto los conferencistas como el público podía exponer sus puntos de vista) abrimos la subsección “Ciencia y técnica” dentro de nuestra sección “Ciencias”. Pronto presentaremos otras exposiciones de este debate.

Ciencia y Anarquismo: Ponencia de Ana María Tejo [*]

La idea de una conferencia sobre “Ciencia y Anarquismo” nació durante un encuentro anterior, a mediados de 1992, en el que se discutió acerca de los fines y métodos de la ciencia actual y de su interactuar con el medio social.

Por esa razón es que he pensado hacer, en primer lugar, una distinción que considero sumamente importante respecto de dos palabras, ciencia y técnica, definiéndolas de acuerdo, no sólo a su etimología, si no también a su verdadero significado social.

Ciencia es toda aquella actividad humana dedicada a la búsqueda de leyes que permitan predecir el comportamiento de los fenómenos naturales. Técnica, en su primitiva acepción es toda actividad humana relacionada con el trabajo manual, aun en cuando en realidad se le puede definir como toda actividad que haga uso de leyes científicas con el objeto de mejorar la explotación de los medios naturales. Como ejemplo de esta distinción podemos citar las experiencias realizadas por Franklin a fin de determinar el comportamiento de las descargas eléctricas naturales o vulgares rayos. Tales estudios le permiten enunciar dos leyes, la ley de las puntas y de las alturas, a saber, que toda corriente eléctrica atmosférica tiende a descargarse a tierra, cerrando el circuito, a través de la superficie más alta y más aguzada que se encuentre en su cercanía. Es todo es el enunciado de dos leyes científicas. La posterior invención del pararrayo, utilizando esos dos principios es un avance técnico. Sigue leyendo

Geografía: «La ciudad anárquica», por Colin Ward

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«Anarquía: libre cooperación». Así decía Ricardo Mella en su escrito «Por la anarquía» y que nos recuerda al teórico, escritor e historiador británico Colin Ward (1923-2010), quien realizó grandes aportes al anarquismo de la segunda mitad del siglo XX y comienzos del siglo XXI.

Escasamente traducido al español, pero con una amplia bibliografía donde destaca el problema de las ciudades y el modo en que el anarquismo podría enfrentar y cambiar sus formas, Colin Ward nos expone en este breve texto (aparecido en el número 19 de la revista Bicicleta) las distintas propuestas que autores libertarios han elaborado respecto al urbanismo.

Colin Ward (1923-2010)

Colin Ward (1923-2010)

Destaca la influencia de Piotr Kropotkin, así como las actuales propuestas de Murray Bookchin y el cuestionamiento acerca del mito de la vida rural. Este artículo es una excelente introducción para pensar en la geografía de las ciudades desde el anarquismo. Y también una invitación a indagar en Colin Ward, animarse a traducirlo y, con ello, incentivar al pensamiento anárquico en una ciudad donde se ha inaugurado «la torre más grande de América Latina» como símbolo del progreso económico.

«La ciudad anárquica», por Colin Ward[1]

El anarquismo —filosofía política de una sociedad sin gobierno formada por comunidades autónomas—, aparentemente, no tiene nada que ver con los problemas de la ciudad. Sin embargo, existe también en este campo una corriente de pensamiento anarquista que, en lo que se refiere a los aspectos históricos del problema, va de Kropotkin a Murray Bookchin, y en los ideológicos abarca de John Turner a los situacionistas. Lo mismo que muchos otros, cuya contribución a la elaboración de una filosofía anarquista del urbanismo podría ser inestimable, no se plantearán nunca emprender el trabajo porque al menos en espíritu, y muy a menudo en la práctica, han abandonado la ciudad.

La sede natural de cada gobierno es la ciudad. ¿Ha visto alguien una nación gobernada desde un pueblo? A menudo, si la ciudad no existe, se construye a propósito: Nueva Delhi, Camberra, Ottawa, Washington, Chandigar y Brasilia, son algunos ejemplos. ¿Y no resulta sintomático que el turista, si quiere ver lo que es realmente la vida de un país, se vea obligado a escapar lejos de las ciudades de los burócratas y tecnócratas? En Brasilia, por ejemplo, debe alejarse alrededor de quince kilómetros y llegar a Cidade Libre, donde viven los trabajadores de la construcción. Ellos edificaron la «Ciudad del 2000», pero son demasiado pobres para vivir en ella; en la ciudad que se han construido «se ha desarrollado una forma de vida espontánea, de pueblo de barracas del West, que contrasta con la formalidad de la gran ciudad, y es demasiado hermoso para dejar que se destruya».

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Hito Urbano III: «La Plaza González Vera», por Maximiliano Astroza-León

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Siguiendo con la serie sobre “Hitos Urbanos”, referente a lugares y hechos que marcan el espacio citadino, nos encontramos con uno muy especial, que homenajea como pocas veces se hace a un escritor libertario y hombre sencillo, muy querido no sólo por sus amigos, sino por el hombre y mujer común que, leyéndolo, se reencontró consigo mismo; de alguien que no habló desde lejos ni de alto: José Santos González Vera, el humorista.

Plaza González Vera

Plaza González Vera, en Av. Salvador c/ Av. Francisco Bilbao

Entonces, nos damos cuenta que por una parte la geografía sirve para conocer y redescubrir estos pedazos de historias que vuelven a la vida a quienes físicamente ya no están con nosotros, pero que siguen conversando con sus palabras, grabadas esta vez en piedra. Y por otra, que en esta pequeña “ciudad jardín”, todavía subsisten espacios, como una plaza, que resguarda un poco de Libertad bajo la sombra de los árboles ante tanto autoritarismo del actual Alcalde…

Hito Urbano III: “La Plaza González Vera”, por Maxiliano Astroza-León

Así, por esto o por lo otro, y aunque el universo de caiga a pedazos, al término de la jornada escolar de uno de los tantos liceos cercanos, una jovencita en flor y un muchacho con las ganas de componer un mundo nuevo se encuentran en la tibieza de un beso, recostados sobre el pasto que fecunda la tierra, en esta pequeña Plaza llamada “González Vera”.

En un lugar de la comuna de Providencia, una de las más ricas y poderosas de Santiago, y de Chile, está situada la Plaza González Vera. Esta comuna es una de las más importantes por la cantidad de recursos económicos que obtiene de los impuestos y patentes municipales aplicados a los negocios, comercios, grandes tiendas o malls que han florecido a los largo de las décadas pasada y presente. Además, Providencia ha sido históricamente considerada como el sitio donde la burguesía y clases acomodadas se asientan, pues está separada y conectada a la vez con el centro de la ciudad por grandes vías de circulación (la misma Avenida Providencia es la continuación de la Alameda, principal vía de Santiago) a la vez que su estructura arquitectónica le da un cierto aire a capitales extranjeras, diferenciándola de las otras comunas. Providencia, desde el siglo XIX, fue el lugar escogido por quienes constituyeron su guetto urbano, caracterizado por el poder, la riqueza, la religiosidad católica, la comodidad espacial. Sigue leyendo

Economía: «La autogestión como inmediatez», por Emmánuel Lizcano

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¿Seguimos insistiendo con la economía desde el anarquismo? La respuesta es sí, sobre todo para dejar de lado los clichés y pensar en los ideales libertarios en el siglo XXI. El pensamiento anarquista posee una actualidad que es capaz de entregar proyecciones y prácticas hoy por hoy, lejos de las contradictorias posturas de los denominados «anarcocapitalistas» y de las nomenclaturas con el marxismo.

El desafío lo adoptamos y tratamos de abarcarlos desde diversas lecturas sobre la autogestión, aunque todo esto nos parezca demasiado poco (nuestra inquietud, claro está, es saber llevar a cabo las prácticas autegestionarias con lucidez a la vida cotidiana). De momento, el texto que presentamos a continuación es de Emmánuel Lizcano, profesor de Sociología del Conocimiento en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED, en Madrid, España), licenciado en Ciencias Exactas y doctorado en Filosofía de las Ciencias.

Emmánuel Lizcano (1950-Madrid)

Emmánuel Lizcano (1950-Madrid)

El siguiente artículo, a pesar de ser breve (una página y media), nos entrega varias preguntas y observaciones en torno al carácter de la autogestión. Entre ellas, destacamos el enfoque que da el autor a la relación entre no-mediadores (o inmediatez) y la autogestión, y  la visión respecto a que la apropiación de los medios de producción por los trabajadores no determina en sí ninguna liberación. La autogestión, por tanto, ha de plantearse a un nivel más general:

«La autogestión como inmediatez», por Emmánuel Lizcano[1]

Seguimos hablando de autogestión en unos términos que, en el mejor de los casos, corresponden a la sociedad que Marx analizó en parte y que dicen que así fue hace ya más de un siglo. Pero ni la sociedad actual tiene en lo fundamental nada que ver con aquella ni podemos por más tiempo seguir prescindiendo de cuantos modos de análisis y crítica han visto nacer estos últimos cien años.

Para una sociedad que se supone dividida en base a la propiedad o extrañeza de los medios de producción, podría ser válida la aspiración a la propiedad autogestionada de tales medios. Pero en las sociedades «modernas» (y mucho me temo que también en las de antes) la escisión principal no pasa por ahí ni de lejos. Como tantas veces ha podido comprobarse, la apropiación de los medios de producción por los trabajadores no determina en sí ninguna liberación; y es que los mecanismos de dominación van por otros lados. La tecnoburocracia, como moderna clase dominante, lo que hace es monopolizar las redes de circulación (de bienes, de palabras, de hombres, de átomos…), substituyendo la arbitrariedad por una racionalidad que la hace «necesaria»: allí donde el patrón era visto como un parásito prescindible, ella se presenta como la imprescindible razón ordenadora. Son los profesionales del saber y de la organización (política, empresarial, sindical, académica…), que cada vez más son los mismos: los expertos en mediaciones. Sigue leyendo

Economía: «Autogestión y División del Trabajo», por Roberto Guidicci

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«(…) sin distribución igualitaria del trabajo no podrá haber auténtica autogestión». Roberto Guidicci.

Estudiar la economía desde la óptica libertaria es enfrentarse a diversas problemáticas que, generalmente, no abarcamos por simple comodidad o desinterés. Algo errado, sin duda, dado que al momento de articular nuestras ideas tanto en prácticas cotidianas como, más aún, en relación a proyectos sociales más amplios, sindicales o barriales por ejemplo, es necesario comprender ciertos aspectos de la economía actual, sus principios y formas de operar en los individuos y en la comunidad. No basta con reconocer qué grupos o familias tienen el poder económico, ni tampoco con parafrasear consignas acerca de la «lucha de clases». Menos con formar microeconomías para el sustento propio. Es necesario hacerle el juego al capitalismo, conformar, como diría Murray Bookchin, núcleos activos que actúen de otra forma, radicalmente distinta. Ardua tarea, sin duda. Se necesita creatividad, crítica y entusiasmo para pensar en estas tareas.

El caso de este trabajo abarca un problema en particular: la división del trabajo. Ya Piotr Kropotkin desarrolla este asunto en su breve texto «El Salariado», donde, apelando a que nadie nunca ha calculado los gastos de producción de la fuerza de trabajo, señala:

No se nos hable, pues, de gastos de producción de la fuerza de trabajo; no se nos diga que un estudiante que pasó alegremente su juventud de universidad en universidad tiene derecho a un salario diez veces mayor que el hijo del minero, sepultado en la mina desde la edad de once años. Tanto valdría decir que un comerciante que pasara viente años de «aprendizaje» en una casa de comercio tiene derecho a ganar cien francos diarios y a no pagar sino cinco a cada uno de sus trabajadores. (Las prisiones – El salariado – La moral anarquista, F. Sempere y Ca. Editores, página 91).

Ciertamente, han pasado muchos años desde la redacción de este escrito. No obstante, la discusión no se agota (aunque mucho de Kropotkin podemos aplicar). De ahí el interés por el texto que citamos a continuación: se trata de un trabajo presentado, al igual que el  de Luciano Lanza, en el Congreso Internacional sobre Autogestión celebrado en Italia en los años a finales de los ’70. Su autor, Roberto Guidicci (1923-1998), sociólogo y escritor italiano, aborda de un modo muy claro el problema de la división del trabajo.

A la derecha de la foto, con lentes, Roberto Guidicci.

La pregunta expuesta acá es clara: ¿Cuál será el origen de la división del trabajo? ¿Será la propiedad privada? No, dirá nuestro autor. Justamente el error de aquellos que quisieron abolir la propiedad privada (pensando desde Rousseau a Karl Marx) es que sostenían que la división del trabajo se originaba en la propiedad privada, siendo que, al contrario, ha sido la división social y técnica del trabajo la que ha sostenido y legitimado la propiedad privada. El problema sería, entonces, el de una sociedad basada en la división social y técnica del trabajo.

La cuestión sería política, sería social, antes que económica. En fin, dejamos con ustedes el trabajo de Guidicci.

«Autogestión y División del Trabajo», por Roberto Guidicci[1]

El muro contra el cual se han estrellado la revolución inglesa de 1600 y la francesa de 1700 no ha sido ni la restauración monárquica en Londres, ni la caída de la cabeza de Robespierre de París, sino la permanencia de la propiedad privada a pesar de las declaraciones igualitarias. El muro contra el cual se interrumpió la revolución de octubre en la URSS y está a punto de deshacerse la revolución china, no han sido ni el estalinismo, ni la muerte de Mao, sino la permanencia de la división social y técnica del trabajo y de los deberes, a pesar de la abolición de la propiedad privada y del objetivo general igualitario.

Se ha pretendido, de Spencer a Durkheim, que la división social del trabajo haría la sociedad más orgánica, u orgánica sin más. Antes habría existido una sociedad con relaciones mecánicas en la cual cada uno era independiente o relativamente autosuficiente y, por tanto, indiferente a las relaciones con los otros. Sigue leyendo